26 de noviembre de 1993

(Malawi – Blantyre – África)

Señor mío, Todopoderoso,
Tú dijiste: “Y, Yo, como canal derivado de un río,
como corriente de agua bañando un jardín,
voy a regar Mi huerto,
pienso regar Mis macizos de flores.”1

Tu Espíritu se conmovió ante nuestra miseria,
… y la Miseria desafió a la Infinita Misericordia,
la Pobreza incitó a Tu Majestad
a dejar de lado Tu Corona,
y a inclinarse hasta ella,
y su aridez hizo que Tus Ojos
se volvieran hacia ella… Tu dijiste:
“Y ved que Mi canal se ha convertido en río,
y Mi río se ha hecho un mar.
Ahora haré brillar la disciplina
y enviaré su luz a todas partes.
Derramaré enseñanza como profecía, como legado
para todas las futuras generaciones.”2

Y Tú, el Creador de todas las cosas, me instruiste,
Te constituiste en mi Educador personal.
Y, Tú que me creaste, fijaste un lugar para mi alma.
Dijiste: Ven a habitar
en Mi Sagrado Corazón, tu Morada.
Y ahora he echado raíces en el centro de Tu Corazón,
Me has implantado en Tu Carne, oh Señor,
haciéndome parte de Ti para toda la Eternidad
¿Qué más se puede pedir?

Permíteme instruirte, flor Mía. Y adondequiera que Yo vaya, irás tú. Por dondequiera que Yo pise, pisarás tú. Yo y tú, juntos, unidos, enlazados para toda la Eternidad. Te bendigo por revelar a Mis hijos Mi Santo Rostro. Yo te ayudaré, te fortaleceré y, a través de ti, sentirán y verán Mi Presencia. En ti, verán Mi Rostro.

Recibe Mi Paz. Yo, Dios, Te amo.


1 Si 24,30-31.
2 Si 24,31-33.