12 de abril de 1993

El Señor solo es mi Juez1.
Tú dijiste, Señor:
“Vendré a salvar a mis ovejas
de ser engañadas”2.
Yo confío en Tus Palabras.

La paz esté contigo. Apóyate en Mí. Hija, te digo que, por tu parte, debes ser paciente y tener constantemente presentes estas palabras: al final, nuestros Dos Corazones triunfarán. Lo que Yo he comenzado y bendecido, lo terminaré.

Te he bendecido haciéndote partícipe de Mi plan de salvación. ¡Oh, cómo me encanta tu debilidad! ¡Porque, en tu inefable debilidad, Yo soy Rey! Tan pronto como complete Mis Obras contigo, serás instantánea y simultáneamente consumida. Muchos de los que han caído se levantarán y anunciarán que verdaderamente Yo era tu Dueño Soberano, y que tú fuiste el Deleite-de-Mi-Pasión. La muy amada sierva de Mi Pasión. Y Me alabarán. Hoy, satisfáceme, responde a Mis requerimientos y presta atención a tu misión. No tengas miedo, esposa Mía. Ven a apoyar tu cabeza en Mi Sagrado Corazón de vez en cuando y concédete un descanso. Yo no te recriminaré ni te acusaré por no responder exactamente a Mis requerimientos. Mi Fuerza te levantará de tus caídas y, poco a poco, como un Fuego devorador, Yo te consumiré en las llamas de Mi ardiente Amor. Así terminarás por hacer Mi Voluntad y responder a la perfección a todos Mis requerimientos…

¿Acaso no soy Yo tu Creador y tu Esposo? ¿No te he provisto de Mis Riquezas? ¿Por qué, pues, habría de abandonarte? ¡Al asignarte esta misión, has sido bendecida!

¡Al enviarte fuera de tu casa para reconstruir la Mía, vivirás en Mi Luz! Al darte la opción de ocuparte de Mi Casa antes que de tu propia casa, has sido bendecida y Yo Mismo seré el Guardián de tu casa. Por tanto, no temas, hijita Mía, Yo te bendigo por darme tu corazón. Ve ahora entre los hombres y dales todo lo que Yo te he dado. Dales estos Mensajes: son Mi carta de amor personal para cada uno de ellos. Ten ansia, como Yo tengo ansia, de salvar a Mi pueblo de la ruina. Dales Mi Paz, hija, ¡Ecclesia revivirá! Te amo.


1 1Co 4,4.
2 Ez 34,22.