26 de agosto de 1992

(Grecia — Isla de Simi — Panormiti)

(Panormiti es San Miguel)

(Fui a pasar cuatro días en una pequeña isla llamada Panormiti. Hay solamente unas cuantas casas alrededor de un gran Monasterio e Iglesia de San Miguel. Su icono es de tamaño natural, todo él recubierto de plata. Se trata de un icono milagroso. Me sentí llamada a ir allí, así que fui a orar y pedir la intercesión de San Miguel.

Antes de salir esa mañana, a las ocho, hacia Panormiti, Jesús vino a mí en sueños. No permitió que Le mirara, sólo quería que Le sintiese. Se colocó a mi derecha y puso entonces su Brazo izquierdo alrededor de mis hombros. Inmediatamente sentí la cálida y consoladora protección de Dios. ¡Mi alma se llenó de gozo! Me permitió tocar Su Mano izquierda que me sostenía. Sentí cada uno de Sus Dedos. Luego me permitió tocar con mi mano izquierda Su Corazón, Su Barba, y después parte de Su Santo Rostro. Cada uno de aquellos segundos dejaron mi alma en un estado indescriptible de consuelo, de paz, de alegría y de tranquilidad. No necesitaba hablar. Su Presencia, tan cerca de mí, me lo decía todo. YO SOY está conmigo.)

(Más tarde, ese mismo día.)

Te doy Mi Paz.

Sé paciente como Yo soy paciente. El Padre te ama y te ha confiado esta misión. No pienses que Yo no soy consciente de su peso. Yo soy tu Esposo, que te proveerá1, te consolará y te permanecerá fiel. Tú eres la tablilla del Padre y sobre esta tablilla se está escribiendo el Himno de Amor del Padre y Mío. No asumas que el Altísimo no puede encontrar un modo de llevar a cabo Su Plan entre tu gente2. Él regresará a Su Viña con Fuego y acabará con los ocupantes a los que dio gratuitamente Su Viña, y se la dará a otros, porque no La guardaron e hicieron de Ella una desolación. Yo he intentado durante años advertirles, enviándoles Mis servidores, pero ellos los mataron a todos3. Hoy, en verdad os digo: “La piedra que rechazaron los constructores resultó ser la clave de bóveda”4. Hoy, Mi Espíritu Santo de Gracia es la piedra angular y quienquiera que caiga sobre esa piedra se hará pedazos. Aquel sobre el que caiga la piedra quedará aplastado.

Os he hecho a todos vosotros una firme advertencia: no Me pongáis más a prueba. Y tú, hija, no te sorprendas de la mala disposición que tiene tu gente. Ningún profeta es aceptado nunca en su propia tierra. Si fuera eso posible, no se habrían convertido hoy en tus enemigos sólo por haber sido sincera con ellos.

Ven. Yo te bendigo a ti y a los que te acompañan.


1 Jesús me recordó la visión de Su Presencia.
2 Hacer frente este verano a los ortodoxos en Grecia y hablarles sobre la Unidad fue como si la UNIDAD nunca se fuera a realizar. Yo me sentía muy desilusionada. Dios me dio el papel de intermediaria para reunirlos a todos. No es tarea fácil.
3 Aquí entendí que Dios ha estado enviando almas escogidas con mensajes para ellos (los sacerdotes y monjes griegos) pero su incredulidad “mató” al Espíritu.
4 Sal 118,22.