18 de abril de 1988
(No hacía más que pensar en Jesús.)
Yo soy. La paz esté contigo, alma. Cosecha lo que Yo te he dado. Enseña a Mis hijos. Enséñales a dejar de rebelarse contra Mí. Enséñales a amarse unos a otros. Ora por la redención de las almas, ora por el Consejo Mundial de las Iglesias. Ora por el Gran Retorno. Tu era está muerta. Ora por la renovación de tu era, por su renacimiento, por una Era Nueva. Ora por lo que Mi bienamado Johannes1 comenzó bajo la inspiración de Mi Espíritu Santo2. ¡Mi Ecclesia será una, renovada por Mí, atrayendo muchas almas de vuelta a Mis brazos!
Todas Mis ovejas se han descarriado. Satanás ha hecho caer sobre vosotros su ira, que os ha dividido, separado, dispersado y confundido… ¡Pedro! Oh Pedro, reconoce el Fin de los Tiempos. ¿Cómo es posible que la mayoría de vosotros no podáis discernir los Tiempos? Satanás os ha nublado bajo sus alas. ¡Satanás os ha desviado a muchos de vosotros de la Verdad! Toma Mi Mano, Pedro, y Yo te guiaré. Escucha Mi clamor. Reúne a tus hermanos de Oriente, ínstales a encontrarse Conmigo bajo Mi techo. Reúne a tus hermanos de Oriente en Mi Fundación, hazlos venir a Mí. ¡Cuánto deseo esta Unidad! ¿Pedro? Pedro, si Me escuchas, Yo convocaré a todas las naciones bajo Mi techo. Las santificaré, renovándolas a todas. Derramaré desde el Cielo Mi rocío de Rectitud, como una lluvia, y Mi Jardín se embellecerá. Llenaré vuestras reservas de Mis Reservas. Escucha Mi Voz, Pedro. Mi Reino está a vuestras mismas puertas. Mi Reino está entre vosotros. ¿Cómo es posible que no lo reconozcáis?
Pedro, tú sabías que todo reino dividido contra sí mismo se derrumbará. Mi Casa ha sido dividida y hoy está en ruinas. Bienamado, háblales de Mi Plan de Salvación. Pedro, libera a Mis hijos.
La Paz esté con todos vosotros.
Jesús, Dios mío, ¿Estás llamando al Patriarca ortodoxo? ¿Es a él a quien te diriges, Señor?
Sí. Mi plan es unir a todas las naciones de Oriente a Occidente, de Norte a Sur, y traerlas a todas juntas a Mi Luz, bajo Mis alas: todas unidas en un solo rebaño por Un Solo Pastor Vigilante, bajo Mi protección.
Os he prometido que no os abandonaré jamás y que vendré a vosotros en tiempos de aflicción. Flor, estoy cumpliendo esa promesa. Os amo a todos y espero pacientemente que vuestros corazones se abran para que Me comprendáis. No endurezcáis vuestros corazones, como en tiempos de la Rebelión. Abrid vuestros corazones, ¡Estoy ante vuestras mismas puertas! La sabiduría os instruirá. Recibid Mi Paz.
¡Gloria a Dios!
¡Alabado sea el Señor!
¡Qué venga Tu Reino!
Yo te alimentaré, Vassula Mía. ¿Nosotros?
Para siempre…
…jamás.