3 de diciembre de 1988
(Mensaje para la reunión de oración del 16 de diciembre de 1988.)
¿Señor mío?
Te amo. Deseo estar contigo.
Gracias por haberme dado este don,
esta gracia de estar Contigo
y sentirte tan cerca.
Gracias por enseñarme
y alzarme hasta Ti.
¡Gloria a Dios!
¡Alabado sea nuestro Señor!
¡Bendito sea nuestro Señor!
¿Señor?
Yo soy. Haz saltar de alegría Mi Sagrado Corazón, creyendo con una fe de niña. No trates de averiguar por qué te he escogido y alzado hasta Mí… ¡Acepta simplemente, sin porqués ni cómos! No hagas preguntas. Simplemente acepta lo que te he dado.
¡Ah hijita Mía! ¡Yo estuve detrás de tu puerta durante años!
Perdóname, Señor.
Ya te he perdonado. No te estoy haciendo reproches, porque eso es cosa pasada. Sólo deseo manifestarte la alegría que siente Mi Sagrado Corazón, porque ahora estoy contigo de nuevo. Te he formado para recibirme. Por eso, complace a Mi Sagrado Corazón y recibe a Mis hijos. Al recibirlos a ellos, Me recibes a Mí. Yo los estoy trayendo hasta tu puerta. Sacrifica tu tiempo. Ellos necesitan Mi Paz, necesitan recibir ánimos. Anímalos a acercarse a Mí íntimamente, pero, no obstante, sin olvidar jamás que Yo soy Santo.
Señor, ¿es Tu deseo que se celebren estas reuniones?
Es Mi Voluntad. Aférrate a Mí y deja que Yo te guíe. Abandónate a Mí. Yo, Jesús, estoy delante de ti.
Señor, ¿está bien que se lean Tus Mensajes en estas reuniones verdad?
Me estás glorificando, bienamada.
¡Gracias, Señor!
No olvides nunca que Yo soy quien te guía. Confía en Mí. Aquellos que Me aman aprenderán a crecer en Mi Amor para que ellos, a su vez, puedan atraer a otros hacia Mí, para amarme. Mi Sagrado Corazón está en Llamas de Amor, y muy impaciente por atraeros a todos a Sus profundidades. Yo tengo sed de amor. Todo lo que quiero de vosotros es Amor, porque el Amor es la Raíz del Árbol de las Virtudes.
Venid todos los que no estáis reconciliados Conmigo. ¡Venid! Venid a Reconciliaros y a recibir Mi propia Paz1. Venid a compartir Mi Amor, venid todos los que aún no Me habéis comprendido. Haced las paces Conmigo Venid a hacer las paces con el Amor. Yo, vuestro Señor Jesucristo, deseo que os convirtáis en Mis Hijos de Luz. Sí, Mis discípulos de Paz y Amor que Me den honra.
¡Oh, Señor! ¡Algunos serán perseguidos como todas las otras veces!
Lo sé, hijita Mía. Algunos serán perseguidos por aquellos cuyos corazones siguen cerrados, y razonan con sus mentes y no con su corazón. Pero, por Mi gracia, Yo atraeré también a muchos de éstos a Mi Sagrado Corazón. Florecillas, ¡ánimo! Yo estoy a vuestro lado y Mis Ojos están puestos en vosotros, así que no temáis. Es Mi deseo que Mi Mensaje de Paz y Amor se difunda de Norte a Sur y de Este a Oeste. Tened, pues, fe en Mí. Lo he estado preparando en secreto para vuestra Era.
Yo pido en Mi Mensaje que Mis Iglesias se unan, porque, así como el Padre y Yo somos Uno, Mi Iglesia también debe ser Una, toda unida y en un solo Redil. He escogido a Pedro para ser vuestro guardián y guardaros en la Verdad hasta Mi Retorno, pero los hombres Me han desobedecido y se han separado, proclamando sus propias reglas. En verdad os digo: “No escuchéis a los que se oponen a Pedro, Pedro-de-Mis-Corderos, que ahora es Juan Pablo II… Porque él es Mi elegido y el bienamado de Mi Alma. No escuchéis a los que lo condenan, porque se han extraviado”.
Amadísimos, cuando recientemente os separasteis, una parte de Mí fue arrancada. ¡Sí! No se dieron cuenta de que Me habían arrancado una parte de Mi Cuerpo. ¡Ah, amadísimos Míos!… ¿Merezco Yo esto?… ¿Por qué desgarrar Mi Corazón?… ¿Por qué desgarrar el Corazón de vuestro Dios?… ¿Por qué llenar Mis Ojos de más Lágrimas de Sangre?2… Yo os suplico, como un mendigo lisiado por sus propios amigos, que regreséis a Pedro, todos vosotros, y que seáis uno, como el Padre y Yo somos Uno. Llamo también a todos aquellos que rechazan a Mi Madre3, para que abran sus oídos y escuchen. Mi Madre es la Reina del Cielo. Su Nombre es: Madre de Dios.
No estoy culpando a los que no lo sabían, estoy tratando únicamente de traeros de vuelta a La Verdad. Clamo también por la conversión de este mundo. También recuerdo a los que han olvidado Mi Omnipotencia que no deben compararme consigo mismos4. Os recuerdo a todos que estáis viviendo en el Fin de los Tiempos y, por lo tanto, Mis Señales han aumentado… Las Escrituras se están cumpliendo…
Yo soy la Paz y el Amor. Yo, vuestro Señor Jesús, soy siempre muy Misericordioso. Sí, Mi Misericordia es Grande. Creed en Mi Misericordia, pero sin olvidar jamás que soy también un Dios de Justicia.
Mi purificación, que os enviaré de lo alto, será enviada por amor. No malentendáis ni malinterpretéis esto, llamándolo amenazas de Dios. No os estoy amenazando, os estoy advirtiendo por amor. Como un padre que advierte a su hijo y trata de razonar con él y hacerle recapacitar, Yo trato también de razonar con vosotros y mostraros lo equivocados y engañados que estáis algunos, y cómo pueden los pecados obstruir Mi Luz.
Vengo a despertaros, porque muchos de vosotros estáis en un sueño profundo. Vengo a todos vosotros por Mi Misericordia Ilimitada, para revivir a los muertos. Vengo a pediros, por el Infinito Amor que siento hacia todos vosotros, que os arrepintáis y cambiéis vuestras vidas y seáis santos. Vivid en santidad, porque Yo soy Santo.
Os doy Mi Paz para que estéis en Paz y podáis trasmitir esta Paz a vuestros hermanos. Venid ahora, recogeos en oración al finalizar este año. Venid y amaos los unos a los otros como Yo, el Señor, os amo. Os bendigo a cada uno.