7 de diciembre de 1988

(Mensaje para el grupo de oración.)

(Santa María:)

Vassula Mía, recibe Mi Paz.

Amadísimos hijos, Yo os bendigo. Soy vuestra Santa Madre que sufre como vosotros por la aridez que se está extendiendo. No os desaniméis, Yo estoy a vuestro lado. Os alentaré a difundir el Mensaje de Paz y Amor de Jesús.

Mirad, Jesús está manifestando Su Mensaje a través de este débil instrumento, una frágil flor que Él ha formado. Pero muchos ministros se negarán a creerlo. ¡No parecen comprender la Riqueza Infinita de Dios! ¡Muchos de ellos no creerían, aunque vieran a los pecadores creer y arrepentirse! Estos pecadores entrarán en el Reino de los Cielos antes que esos ministros.

No temáis, amadísimos Míos. Yo, vuestra Santa Madre, veo todo lo que está sucediendo y os animaré siempre. Os consolaré siempre, tened fe y apoyaos siempre en Jesús.

Vassula, hijita Mía, dichosa tú cuando te ultrajen y te persigan y digan toda clase de calumnias contra ti a causa de Jesús. Alégrate y estate contenta porque tu recompensa será grande en el Cielo.Así es como han perseguido a los profetas anteriores a ti, hijita Mía1. Hay muchos ministros que creen en las señales y revelaciones actuales de Dios, pero, por temor a ser perseguidos, ocultan sus sentimientos. Estos ministros deben orar, orar, orar, pidiendo valor al Sagrado Corazón de Jesús. Jesús les dará valor.

Terminaré Mi Mensaje bendiciéndoos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

(Jesús:)

Vassula, redacta Mi Mensaje. Deseo dar este Mensaje a todos los que han venido a nosotros.

¡Ah, hijita Mía, que sientan Mi Sagrado Corazón! ¡Mis cinco Llagas están completamente abiertas para que todos puedan penetrar en ellas y compartir Mis dolores! Amadísimos, soy Yo, Jesús, Jesús vuestro Salvador, manifestándome a través de este débil instrumento, para daros a todos y a todas las Naciones Mi Santo Mensaje de Paz y Amor. Yo, que soy Soberano y estoy por encima todo, Me inclino hasta vosotros, Mis florecillas, para daros alcance. Por Mi Amor Infinito y por Mi Misericordia Sin Límites, vengo a ofreceros Mi Paz y Mi Amor.

Yo soy la Luz de este mundo y vengo a brillar sobre este mundo de tinieblas en el que estáis viviendo ahora. Florecillas, necesitáis Mi Luz. Como cualquier flor que necesita la luz y los rayos del sol para vivir, vosotros también necesitáis los Rayos de Mi Amor para vivir para el Amor y enamorados, porque tales son las riquezas de Mi Gracia. ¡Yo te amo con locura, creación! Continuad vuestras oraciones, vuestras penitencias y vuestros actos de amor, porque todos esos actos son un bálsamo para Mis Heridas. Os amo y, por el amor que os tengo, me ocuparé de que, en este desierto en que se ha convertido vuestra era, germinen nuevas semillas, semillas de Paz y Amor.

Descenderé en medio de los muertos para revivirlos y hacer de ellos devotos servidores Míos, honrando Mi Santo Nombre y glorificándome.

Florecillas, los días están muy próximos, esos días de los que os he hablado, los días de una Nueva Tierra y de la Era del Amor que descenderá de lo alto. Todo esto sucederá y así se cumplirán las Escrituras.

Amadísimos, hijos de Mi Luz, permaneced unidos y siempre cerca de Mí. Quedaos Conmigo y orad por vuestros hermanos descarriados. Orad por esas almas sacerdotales que hieren Mi Sagrado Corazón al negar Mis Señales. Propagad Mi Mensaje de Paz y Amor, proclamadlo a todas las Naciones. Glorificadme distribuyendo esta Cosecha que está madura2 y alimentará a muchos.

Mis Ojos y los de vuestra Santa Madre están puestos en vosotros. Os damos Nuestra Paz. Tomad esta Paz y compartidla con otros. Yo os bendigo a todos.


1 Mt 5,11-12.
2 Los Mensajes.