9 de abril de 1996

(Nuestra Madre Bendita:)

Vassula Mía, escúchame ahora con mucha atención:

El Señor, en Su Misericordia, te ha dado este Tesoro1 directamente de Su Sagrado Corazón. Él ha mostrado el poder de Su Brazo llevando esta buena noticia hasta los confines de la tierra. ¡Si supieseis todos lo que os está ofreciendo el Señor en vuestros tiempos! Pero el Espíritu del Señor vendrá sólo a los sencillos y a los puros de corazón, y los colmará de Sus dones. Hasta hoy, Su gloria brilla en los humildes, y Él continuará despidiendo vacíos a los ricos…

Por medio de este Mensaje Él os está llamando a una vida de Paz. Dios os está llamando a todos, porque es Padre. Os está llamando a enmendar vuestras vidas y a vivir santamente. Yo, vuestra Madre, bendigo a los que han regresado a Dios y alabo a Aquel cuya Misericordia alcanza de edad en edad. En cuanto a los que siguen confiando obstinadamente en su filosofía, llevando una vida inmoral, ora y ayuna por ellos. Mi Corazón, como Madre, está destrozado por su rechazo y su ceguera… ¡Ah, qué dolor, qué espinas en Mi Corazón, hijita Mía!

Y tú continúa dando testimonio en el Nombre del Padre, de Mi Hijo y del Espíritu Santo. Continúa dando a conocer Su Nombre y ve adondequiera que el Padre, Mi Hijo y el Espíritu Santo te digan que vayas… No te fallarán; así pues, confía en Ellos.

Hija Mía, Yo siempre estoy donde está Jesús. Estamos contigo. Por tanto, no temas. El Amor vencerá al final… No te asustes de los orgullosos de corazón, porque, aunque se jacten de su poder, no son nada a los Ojos del Señor. ¿No has oído: “El Señor de todo no se arredra ante nadie, no le intimida la grandeza”2, “Un juicio implacable espera a los grandes; a los humildes se le perdona por piedad”?3 y Él seguirá dispersando a los orgullosos de corazón…

En estos días Jesús te ha revelado Mi Corazón. Aprende, hija Mía, que he inscrito tu nombre en Mi Corazón. He hecho lo mismo con todos aquellos que aman a Mi Hijo y Me aman a Mí.

Hónrame con sacrificios, honra Mi Corazón con la inocencia de un niño, honra el Corazón de tu Madre rechazando el mal. Haz el bien y suplica a tu Padre del Cielo los dones de Su Espíritu.

Crece en Mi Corazón Inmaculado y Yo remediaré todas las heridas4 de tu alma, para que puedas convertirte en la Alegría de Jesús, tu Salvador, y en el amanecer de esta oscura generación.

Crece en el Corazón de tu Madre para que todo tu ser brille, como piedras preciosas, con la Luz5 que Me envuelve, a fin de que multitud de naciones vengan entonces a ti, atraídas por tu belleza6. Y cuando pregunten: “¿Quién te ha moldeado para que brilles como un millar de piedras preciosas?”, da testimonio y di: “Fui moldeada dentro del más Puro de los Corazones, tomando forma en el mismo Corazón donde floreció y tomó carne y sangre nuestro Redentor, a fin de que yo Me convirtiese también en hija de la Madre de Dios. De esta manera seré capaz de expresar pensamientos dignos de los dones del Todopoderoso.”

Ven a crecer en Mi Corazón, y conviértete en el corazón de Mi Corazón. Extrae de Mi Corazón todas las Riquezas que Me han sido dadas por la Sabiduría para que tú también puedas aprender a amar al Padre, a Mi Hijo y al Espíritu Santo. De esta manera serás la hija de la Madre de Dios. Ven, ven a extraer de Mi Corazón las virtudes que Me han sido dadas7. Son también para ti, hijita Mía. Ah, te quiero hermosa para Mi Hijo, y agradable al Padre, te quiero perfecta para el Corazón de Emmanuel. Derramaré todas Mis gracias en el interior de tu corazón, desde Mi Corazón Inmaculado, hijita Mía, para que tu corazón se convierta también en un altar para el Altísimo, un incensario lleno de ardiente incienso, para que tú también camines con la Gracia y la Fidelidad.

El misterio de Dios sólo puede ser revelado a los puros de corazón, y si Nuestros Dos Corazones persiguen incansablemente a los pecadores es debido a la inmensidad del amor que tenemos por todos vosotros. ¡Ah, pero tantos parecen no entender ni preocuparse y hacen burla de Nuestras Llamadas! Cuando acabe este tiempo de Misericordia, los muertos no volverán a la vida8.

Nuestros Dos Divinos Corazones están heridos y os están gritando con dolor a todos vosotros que os enmendéis, que oréis, que ayunéis y que améis verdaderamente a Mi Hijo en el Santísimo Sacramento.

Te invito a entrar en Mi Corazón y te esconderé, te guardaré y te protegeré de todo el mal que te rodea, y de las tentaciones. Yo te protegeré y te levantaré de las aguas tempestuosas del pecado, y te ocultaré en Mi Corazón Maternal, hijita Mía. Mi amor y Mi afecto por ti son tan grandes que a los ángeles mismos les habría gustado estar en tu lugar. El Sagrado Corazón de Jesús no tiene favoritos, ni tampoco el Mío. Dios es justo y bueno.

Hija, hoy, y en los próximos días estarás en la Semana Santa de la Pasión de Jesús por segunda vez9 Date cuenta de cómo se sienten Nuestros Dos Corazones por vuestra división… Las heridas en Nuestros Dos Corazones son innumerables. Si el rebaño del Señor está dividido y dispersado, y la tierra reducida a un desierto; si la rebelión contra todas las Santas Reglas de Dios ha alcanzado su apogeo; si hoy Cardenales van contra Cardenales, Obispos contra Obispos, y sacerdotes contra sacerdotes, se debe a que vuestra generación se ha negado a escuchar Mis Palabras. Yo he sido enviada por el Altísimo para avisaros y corregiros suavemente10, pero hasta el día de hoy vuestra generación Nos niega un lugar en su corazón y no toma en serio Nuestras Palabras. Atraeréis sobre vosotros lo que habéis cosechado.

Mi Corazón Maternal sufre al deciros esto, y Mis Ojos lloran Lágrimas de sangre, a la vista de lo que se presenta ante Mí, cuando la Mano del Padre caiga sobre vosotros con un grito atronador: “¡Basta! ¡Basta ya!”. Y en medio de una tempestad de fuego, ejecutará la sentencia.

Nuestros Dos Corazones Traspasados siguen advirtiéndoos solemnemente, y seguiremos persistiendo en avisaros que cambiéis vuestros corazones y los volváis hacia Dios. Únicamente en Dios puede uno vivir, pues Él es vuestro pan de cada día, vuestra bebida y vuestro aliento… Que todos los habitantes de Nuestros Dos Corazones sepan que, muy pronto ya, Nuestros Corazones, que están unidos en Uno, triunfarán, y muchas cosas que hemos predicho se cumplirán.

El Sagrado Corazón de Jesús y Mi Corazón Inmaculado os bendicen a todos. Sed uno.


1 El mensaje de “La Verdadera Vida en Dios”.
2 Sb 6,7.
3 Sb 6,6-7.
4 Se ha de entender esto como ‘pecados’.
5 Nuestra Señora se refiere al Espíritu Santo.
6 En el Corazón de Nuestra Señora se puede embellecer nuestra alma, aunque no tengamos méritos.
7 Creada sin pecado, desde el principio.
8 Quiere decir que será muy tarde para cambiar una vez termine este tiempo de Misericordia.
9 La Pascua católica se celebró del 4 al 8 de abril, la ortodoxa del 11 al 15 de abril.
10 ¿En Fátima? ¿En Akita?