4 de marzo de 1992

Señor, te estoy escuchando ahora.

Hijita Mía, escucha y escribe:

Yo soy Ternura y Compasión Ilimitadas, pero Mi pueblo amontona en Mi Iglesia una traición tras otra. ¿He de permanecer en silencio? Mi Cuerpo, desde las plantas de Mis Pies hasta Mi Cabeza, está dolorido y muy acongojado. Tengo heridas impresionantes y soy escarnecido por los Míos. Una grande e innumerable multitud está en el camino de la perdición. Muchas de Mis almas sacerdotales se burlan de la piedad.

Yo he pronunciado advertencias desde el tiempo de Fátima hasta hoy. He vaciado Mi Corazón en ti, generación, pero muchos de vosotros habéis olvidado el rescate que se pagó para liberaros1. Vassula no estás escuchando como quiero que escuches2. En atención a Mi Amor, hijita, ¡háblame! Que no te falte valor: ¡Yo te amo!

Señor, mis perseguidores están imprimiendo ahora algo contra mí.

También son Mis perseguidores, no sólo los tuyos. Pero Yo te digo que van a destruirse a sí mismos, con toda certeza, por culpa de su propia obra de destrucción, si tú no ruegas por ellos. Y su recompensa será el mal por el mal que están causando. Mi Corazón es un vasto océano de Amor y de Perdón.

Lo sé, Señor, pero ellos están tentando de nuevo a los que apenas acaban de escapar del Maligno.

Hija, la Sabiduría te ha dado un don, el de escuchar, escribir y comprender los Deseos del Amor. Estos puntos, hija, no son fáciles de comprender para las personas sin espiritualidad. Nunca aceptarán nada de Mi Espíritu, lo consideran todo como una insensatez. Seguirán enseñando con la corriente del mundo, como se enseña la filosofía. ¿No has leído que los dones espirituales de Mi Espíritu Santo serán difíciles de comprender mientras piensen y vengan a Mí como filósofos? ¿No has leído que ésos son los puntos que esas personas distorsionan al no estar en el Espíritu, de la misma manera que distorsionan el resto de la Escritura? La Escritura os ha prevenido a todos acerca de esas personas.

Creed y creced en la gracia que Yo os he dado. Mi Fuego Purificador vendrá pronto sobre todos vosotros para calcinar en sus llamas los crímenes de este mundo.

Vuestra Santa Madre y Yo hemos volcado Nuestros Corazones en todos vosotros desde el día de Fátima, pero las observancias que Yo pido de vosotros no se cumplen, y sólo un resto escucha. Esta generación está engañándose a sí misma, han quebrantado todos Mis Mandamientos. ¿Cómo puedo dejar de venir a vosotros con Fuego y fulminaros como fulminé Sodoma y Gomorra?

¿Porque quizás seamos más de diez, Señor?

(Hubo un silencio.)

… ¡Me dejas estupefacto! Me dejas estupefacto porque había empezado a creer que tus labios no se atreverían nunca a pronunciar el regateo de Abraham. He estado incitándoos a proferir clamores de misericordia antes de que llegue la hora fatal. Os he estado incitando a ofrecerme oraciones, pero no son suficientes…

¿Qué debo hacer, Señor?
Estoy todo el día Contigo,
trabajando para Ti
y sirviendo Tus intereses.

Tú eres mi Vida,
mi Aliento en este exilio.
Sé que soy miserable
y que peco tanto como respiro.
Sin embargo, Tú viniste a mí
y elevaste mi alma hacia Ti
para saborear Tu Dulce Conocimiento,
como lo saborearon Tus discípulos.

Has revivido mi corazón
y has vuelto mis oídos
hacia Tu Sagrado Corazón.
Tu Mano Poderosa acarició mi cabeza
e hizo que mi corazón, desde entonces,
Te cante alabanzas.

Sufro una soledad
y unas angustias insoportables,
que desgarran el corazón,
cuando de vez en cuando
apartas de mí Tu Santo Rostro,
dejando sola mi alma
en la Noche Oscura,
pero sigo arrastrándome hacia delante
porque Te amo con locura.

Vassula de Mi Sagrado Corazón, te he resucitado

para conducir Mi Iglesia a la Unidad.

(Jesús dijo esto con mucha calma.)

—Te he resucitado para aplacar la Justicia del Padre.
—Te he resucitado para embellecer Mi Iglesia.
—Te he permitido entrar en Mi Atrio para glorificarme.
—Te he cortejado para que Me amaras.
—Te he sacado de la tierra de Egipto para lanzarte como quien lanza una red, para pescar almas para Mí.

Debes aplacar la Justicia del Padre adorándome, orando, haciendo penitencia y sacrificios, ayunando y haciéndote más pequeña. No tienes méritos, pero tu humilde súplica puede llegar al Padre.

¿Beberás ahora del mismo Cáliz que el Padre Me ha dado? No temas, ahora ya no queda gran cosa en él. Te he dejado tomar sorbos de él, de vez en cuando, hija. He estado acercando tu cabeza a Mi Cáliz con delicadeza, de modo que no retrocedas ahora, desdeñándolo. Ama lo que Yo amo. No temas y no te imagines jamás que te voy a conducir hasta Mí sin Mi Cruz. Preocúpate de lo que Yo Me preocupo. Pídeme que sane al resto de vosotros. Pide Mis gracias. Pide Mis bendiciones… Pide al Padre que se aplaque …

Pide al Padre que se aplaque… Estamos al borde de un fuego destructivo.

Shsh… pide al Padre que se aplaque3, por eso os invito continuamente a orar. Y en cuanto a las malvadas acusaciones que están circulando contra ti, no temas. Quédate en paz y no des paso a la tristeza. Te he llamado para la renovación de Mi Iglesia y no te fallaré. Ora constantemente. Sé paciente hasta el final. Mi Día está muy cerca y vendré como un ladrón en la noche. Por eso hijita Mía, Satanás, junto con la bestia4, está atacando incesantemente a todos los que vienen de Mí, y guerreando contra Mis portavoces, pero al final ambos5 serán derrotados. El diablo ha caído sobre vosotros con rabia, junto con la bestia, pero el Amor vencerá al mal.

Canadá es Mío. La bestia6 puede hacer ruidos virulentos para cubrir Mi Voz en este país, porque sabe que son gente amada de Mi Sagrado Corazón. Pero Yo, el Señor, Me quedaré ahí. Y te digo que todos los espíritus malignos que merodean por esa nación ya están asustados por el sonido de Mis Pasos y el sonido de Mi Sagrado Corazón. Mi Espíritu Santo no huirá de la bestia ni de aquellos que han sido convencidos por ella.

Ahora voy a extender aún más Mis gracias, “porque ni ángel, ni príncipe, ni nada de lo que existe, ni nada venidero, ni ningún poder, altura o profundidad, ni ninguna criatura podrá interponerse jamás entre vosotros y Mi Amor”7. Nadie podrá detener la efusión de Mi Espíritu Santo.

Te envío a ellos8 para recordarles a todos la grandeza de Mi Amor. Te daré recursos suficientes para que te mantengas firme. El Amor está contigo.


1 Jesús se detuvo de repente.
2 Jesús cambió el tono, como si estuviera suplicando.
3 Jesús dijo estas palabras con mucha suavidad, dándome una gran esperanza.
4 Es decir, la masonería (ver Ap 13).
5 Satanás y la bestia.
6 La masonería.
7 Rm 8,35.
8 Se refiere a los canadienses.