27 de marzo de 1992

(Mensaje de llamada a la unidad.)

Vassula Mía, escribe:

Queridos amigos, queridos compañeros, queridos hermanos, no hay amor como el Mío. ¿Qué han hecho de Mi Amor? Hermanos Míos, manteneos unidos siguiendo las reglas de Mi Corazón, que son el Amor y la Humildad. Las cosas que pensáis que os van a unir, son cosas terrenales y no os llevarán a la unidad. No pueden hacer nada ni ofrecer nada. Pero muchos de vosotros os habéis convertido en esclavos de vuestras mentes. Mientras no os reconciliéis humildemente unos con otros, y os améis unos a otros como Yo os amo, vuestra separación permanecerá. Hijos Míos ¿debo padecer de nuevo el mismo dolor esta próxima Pascua?1

Muchos de vosotros habéis visto hablar a los mudos, caminar a los lisiados y recobrar la vista a los ciegos. Sin embargo, continuáis alabándome sólo con los labios. En verdad os digo, como dije una vez: “El que blasfeme contra Mi Espíritu Santo, no será perdonado”2. Al perseguir a Mi Espíritu Santo endurecéis vuestros corazones, y si vuestros corazones están endurecidos por la seducción del pecado, no percibiréis todo lo que es maligno3. Y así atraeréis sobre vosotros la condenación y el juicio sin misericordia, porque vosotros no habréis sido misericordiosos.

Os observo a todos desde lo alto, a cada uno de vosotros. Os digo que quienquiera que siga trabajando para sus propios intereses y su propia glorificación, ya ha perdido Mi Corazón. Sus4 convicciones no son Mis convicciones, ya que, en sus mentes, son iguales que Satanás. La rivalidad y la competencia por el poder terrenal devora sus mentes, el egoísmo y el orgullo ya los han condenado. ¡Todas estas cosas terrenales los harán perecer por su mero uso! Rara vez oigo sus oraciones. Hoy estáis rodeados de falsos maestros5 que, abiertamente y sin miedo, se yerguen ante Mí para proclamar el conocimiento de Satanás, que está basado en una mentira. Niegan Mi Divinidad al negar Mi Resurrección6. ¡Rogad por estos falsos maestros para que puedan escapar a la condenación! Y ahora os digo a cada uno de vosotros:

“Quien afirma que está en la luz
pero aborrece a su hermano,
está aún en las tinieblas”7

Quien crea, en su estado de oscuridad, que Me está glorificando, cree en aquel que tentó primero a vuestros padres8.

Os he estado dando señales, pero vosotros no creéis en Mis señales, porque vuestras voces están ahogando Mi Voz, que habla a través de Mis portavoces. La noche os llegará pronto y muchos probarán la muerte, porque no estuvieron nunca fundamentados en la verdad, sino que se basaron en mentiras. Yo vengo a vosotros por medio de esas señales, para abrir vuestros ojos y sanaros. Sin embargo, cuando os digo la verdad y os digo que soy Yo, Aquél de quien decís, “Él es nuestro Señor”, que os habla, os dais la vuelta, prestando oídos a Satanás para que pueda utilizaros.

No, no comprendéis Mi Lenguaje, como tampoco comprendéis Mis maravillas, porque habéis preferido al demonio. Cualquier cosa que Yo diga o pregunte no penetra en vosotros, puesto que habéis perdido el sentido del lenguaje de Mi Espíritu.

Tengo sed de vuestra salvación, tengo sed de compartir Mi Reino con vosotros, tengo sed de que os reconciliéis unos con otros para que podáis realmente decir: estoy reconciliado con Dios. Vuestra división es pecado y nadie puede decir que es justo, cuando desacredita con sus labios no sólo a sus hermanos, sino al líder de todos ellos9.

¡Justicia, misericordia, buena voluntad! Esto es lo que deberíais haber practicado, sin desatender las otras partes de Mi Ley. Y vosotros, vosotros que os deleitáis en vuestra división y juráis por Mi Trono y por Mí, Yo, que Me siento en él, os digo como dije una vez:

“Sois como sepulcros blanqueados que parecen hermosos por fuera, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de todo tipo de corrupción.”

¿Cómo podéis creer que escaparéis a la condenación? No lográis complacerme y vuestros cadáveres cubren este desierto en el que estáis viviendo. Al pecar por vuestra división entre unos y otros, es contra Mí,

el Cordero

contra quien pecáis. Este pecado de vuestra división masacra diariamente Mi Cuerpo. Soy Yo, el Cordero, a quien lleváis a la fuerza y por vuestra propia ley a ser crucificado de nuevo. Es Mi Cuerpo el que estáis mutilando y maltratando.

Yo Soy la Víctima

¿Es que no lo veis? ¿No podéis ver que estáis en comunión con los demonios? ¿No podéis ver con quién estáis compartiendo vuestra mesa? ¿Cómo puedo alegrarme cuando todo lo que veo son demonios sentados a la mesa con vosotros? Mientras os regocijéis de vuestra división, estaréis bajo el poder de Satanás quien, sin cesar, está ungiendo con una mentira a quienes se regocijan de su división. Cada uno de vosotros mira al otro buscando la aprobación de estos mensajes de unidad y no les preocupa que, la próxima Pascua, Mi Cuerpo padezca de nuevo dolores insoportables a causa de vuestra división10. Creed que soy Yo, no seáis esclavos de vuestra mente. Venid a Mí mientras dure el día; la noche envolverá pronto este mundo. He pedido veros11 y hablar con vosotros, y así lo he hecho, porque es con el fin de uniros por lo que os he exhortado con Mis Mensajes de Unidad.

¡Pero qué difícil es para aquellos que son esclavos de su mente penetrar en los Misterios de la Sabiduría! ¡Qué difícil es para los ricos de espíritu entrar en Mi Reino! Yo os digo:

Muchos de los primeros serán los últimos,
y los últimos, los primeros.

Hijita Mía, sé Mi Cielo consagrándote a Mí. Yo estoy contigo.


1 Al celebrar por separado la fiesta de Pascua.
2 Lc 12,10.
3 En este estado, uno no puede reconocer su maldad y por tanto, no puede ARREPENTIRSE para ser perdonado.
4 Jesús me habla de esas personas en concreto.
5 Los modernistas.
6 ¡Ésa es también la razón por la que Santo Sudario los perturba tanto!
7 1Jn 2,9.
8 Adán y Eva.
9 El Papa.
10 Cristo sufre místicamente.
11 Todos aquellos que me invitaron a hablarles sobre los mensajes de unidad en el Consejo Mundial de las Iglesias, en Ginebra.