22 de julio de 1990
(Mensaje de Nuestra Santa Madre.)
La paz esté con vosotros, amadísimos hijos. Os habla vuestra Santa Madre y os doy desde ahora las gracias por venir aquí a escucharnos. Abrid vuestros corazones y entended cada Palabra que os decimos.
Jesús os entrega Su Amor y Su Paz. Él os guía hacia la Salvación, y Me envía a Mí para preparar el camino de su Retorno. Yo vengo a abrir de nuevo el camino para Él. No os sorprendáis, pequeños. Ya sé que es duro vivir en el desierto, pero vengo a vosotros, en muchas naciones, para prepararos. Os estoy instruyendo en las reglas de la rectitud, para haceros libres. Pedid al Señor que guíe vuestros pasos por la senda de Sus Mandamientos. Que vuestro amor Le conforte, que vuestro amor Le consuele, sed Su Bálsamo. Sentíos amados por Mí. Sentíos amados por Mi Hijo.
Hoy llamo a los enfermos, diciéndoles: hijo Mío, no estés deprimido. Yo, tu Santa Madre, te amo. Pero ruega al Señor y Él te curará. Limpiad vuestro corazón de todas las impurezas mediante el arrepentimiento. Después, abrid vuestros corazones a Dios y Él os inundará de Su Amor. Orad incesantemente.
No dormitéis. Orad de corazón y sed como rosas en los días de primavera, como un ramo ofrecido al Altísimo. Que vuestras plegarias sean como mixtura de incienso que llegue hasta Su Trono. Dejadme que os recuerde lo que anhela el Altísimo: vuestro corazón. Ofrecedle vuestro corazón y permitidle ser vuestro Guía en el camino que Yo os estoy preparando.
Hijos míos, el Amor está a vuestras puertas. Alabad al Señor y amadle. Dios es amor. Yo os bendigo a todos. También bendigo a todos aquellos que están confinados en una prisión. Envío hacia ellos una corriente de paz que fluya como un río en sus corazones.
Vassula, ten paciencia. Mi Hijo, Jesús, te ama hasta saltársele las lágrimas. No lo dudes jamás… Siente su amor. Termina siempre el día alabándolo. Recibe Mi Paz. ¿Nosotros?
Sí, Santa Madre. Nosotros.