5 de enero de 1990

¿Señor?

Yo soy. Apóyate en Mí, date cuenta de lo débil que eres. Permíteme guiarte, sin Mí estás perdida y en la oscuridad. Yo soy la Luz, la Luz para guiarte. Ten cuidado porque el demonio está siempre, y más que nunca, decidido a hacerte caer y confundirte. Ven, esposa Mía, sé uno Conmigo. Yo conozco tu debilidad, sé cómo, al menor ataque, tu espíritu se estremece y tu alma se llena de angustia. Yo soy Paz y es en Paz como te conduzco y es con Amor como guío tus pasos.

¿Acaso no conozco Yo todos esos tormentos, bienamada? Permíteme obrar en ti, y entonces todo se cumplirá. Mi Mensaje1 te será dictado muy pronto, estate preparada. Jesús es Mi Nombre y Jesús es Amor. Crece en Mi Espíritu, pues si no ¿cómo podrás dar testimonio? Te estoy preparando en todos los sentidos para dar testimonio y glorificarme. Te amo, entra en Mi Corazón Divino y absorbe de Mí. Acaríciame a Mí, tu Señor, con integridad y humildad. Yo soy tu Maestro y Educador que jamás te abandona, aunque a menudo te sientas así. Recuerda que, sin Mí, eres incapaz de hacer ni el menor trazo. Yo soy Aquel que te conduce y te instruye. Estoy a tu lado, déjame guiarte de este modo. Ora y obtendrás fortaleza en tu fe. Yo te ayudaré a observar. Ven, ¡Yo, Jesús, te amo!2

(Más tarde:)

Quédate en paz ahora, hijita Mía, deja de lado tus preocupaciones en Mi Presencia. Mírame en silencio. Estate en paz, siente Mi Paz. Yo estoy cerca de ti, pero no puedes verme con tus ojos físicos. Estoy cerca de ti y te he enseñado a discernirme, hijita Mía, como he enseñado a otros. Incluso hoy sigo enseñando a algunas almas escogidas a oírme y a discernirme.

Descansa. Ven, ¿nosotros?

Para siempre jamás. Te bendigo, Señor.

¿Jesús?

Yo soy. Mi Amor por ti es eterno, Mi Fidelidad hacia ti es eterna. Abandónate a Mí todos los días y Yo haré el resto. Órame incesantemente. Yo estoy siempre deseoso de oír tus oraciones. No Me olvides nunca, Yo nunca me olvido de ti. Por tanto, piensa en Mí constantemente. ¡Si tan sólo supieras, hijita Mía, lo cerca que estoy de ti! Trátame como a un Rey y sé consciente de lo desnuda que estabas y de cómo cubrí tu desnudez con Mis Gracias. Sé consciente de cómo Yo, tu Rey, te he tenido en cuenta, a ti que no eres nada, te he formado y te he levantado. Así que ten paciencia con aquellos a quienes no he dado tanto como te he dado a ti. Implora Mi ayuda y Yo te la daré. No te estoy culpando, te amo y por eso no quiero que caigas. Te recordaré siempre Mi Presencia para vencer el mal. Te recordaré siempre Mis preceptos. Tómalos y aprécialos. Recuerda que es el Amor el que te está hablando y que tú estás obrando en el Amor. Te quiero perfecta, te quiero indulgente y devota. Recuerda siempre Mi Presencia. Sé uno en Mí.


1 Para el grupo de oración.
2 Sabía que Jesús quería decirme esto, pero yo no quería que se escribiera porque algunas personas habían objetado que en esta revelación hay, según ellas, demasiados “Yo te amo”. Pero Jesús lo escribió de todos modos y tan rápidamente que no tuve tiempo de alzar la mano del papel y, con Santo Humor, añadió además un gran signo de exclamación…