24 de diciembre de 1989
(Nochebuena)
¿Jesús?
Yo soy, ¡Gloria a Dios!
¡Gloria a Dios!
Ora, hijita Mía, conságrate a Mí. El Amor está junto a ti y lo ha estado siempre, desde tu cuna hasta el día de hoy, y lo estará para siempre. Quédate junto a Mí y rechaza todos los pensamientos confusos. Apóyate sólo en Mí, sé uno Conmigo, satisface Mi insaciable sed de amor. O Pantocrator.
(Caída del Comunismo en Rumania.)
Flor Mía. Yo soy la Luz del mundo. Canta y sé dichosa, canta de alegría porque soy Yo, Jesús, quien lleva a cabo estas maravillas.
Mi Cruz será de nuevo erigida en cada iglesia. ¿Te das cuenta?1 Pronto llegará una paz universal. La Paz está a punto de nacer. Ora por ese nacimiento de la Paz y el Amor2. Hoy la tierra siente los primeros dolores de parto. Éstas son, amadísimos Míos, Mis primeras Señales de Amor. Yo soy el Amo del cielo y de la tierra y, con Mi poder, demostraré a cada nación que soy todopoderoso. He dicho que derribaré con Mi Aliento a todos los que os han reducido a la esclavitud. Que vuestras naciones tomen conciencia de que todo está sometido a Mi Poder y que lo que he realizado de un soplo es para Mi Gloria. Ningún hombre es capaz de borrar Mi Ley.
Que las naciones tomen conciencia de que soy Yo, el Señor, quien ha venido a liberar de la prisión a esos cautivos y a levantarlos hacia Mí. Soy Yo quien ha reducido a vuestros enemigos a una eterna vergüenza. Y eso no es todo. Sellaré con tu hermana, Rusia, una alianza de Paz y Amor, y olvidaré sus crímenes y la haré de nuevo Mi Esposa, y de su corazón brotará este cántico:
“Conservaré siempre mi amor por Él,
y mi alianza con mi Dios
se mantendrá”.
Mi Alma está sedienta de ese glorioso momento. Me propongo mostrar Mi esplendor y Mi gloria a cada nación que existe bajo estos cielos, a través de tu hermana Rusia. La revestiré de Mi belleza y de Mi integridad, y la presentaré con orgullo ante tus hermanos3, a fin de que puedan ver Mi belleza y Mi integridad a través de ella y en ella. Hija, las nupcias de la conversión de tu hermana llegarán pronto.
He dicho que Yo soy Quien desciende a la miseria de vuestra era para consolar a los oprimidos y liberar a sus cautivos de la prisión, y a los que viven en la oscuridad, del calabozo. Soy Yo, vuestro Salvador, quien viene a rescataros de las fauces del dragón rojo. Soy Yo, vuestro Jesús, palomas Mías, quien viene a romper vuestras jaulas y liberaros. Soy Yo, vuestro Santísimo que jamás os ha abandonado. Y en verdad os digo que vuestras puertas4 no estarán cerradas para Mí.
Vassula, Yo derribaré con la desgracia y la humillación a todos esos poderes malignos, esos poderes que han derribado Mi Casa y han hecho de Ella tumbas abiertas. Mi Luz resucitará a tu hermana Rusia y a todos sus países vecinos. Yo romperé todas vuestras jaulas y os liberaré. Aprende que la salvación y la liberación vienen solamente de Mí. Ora por tu hermana, ora por sus vecinos.
Señor mío, Tú has dicho: “¡Ay del que atesora bienes que no son suyos y se carga de deudas! ¿No se alzarán de repente sus acreedores, no se despertarán sus vejadores y será presa de ellos?”5. Es exactamente lo que ha sucedido en Rumania, pero gente inocente lo ha pagado con su sangre.
Estate segura de que Yo tengo Conmigo a todos los santos mártires de tu época, víctimas de la furia de Satanás. Tengo Conmigo a todos los que han perecido como víctimas. Yo te digo que su furor era tal que, al saber que perdía su yugo, tenía la intención de aniquilar a cada una de Mis flores.
(Desde lo alto, Jesús miraba en ese momento a Rumania.)
No llores, pequeña6, porque Yo, el Señor, reconstruiré tus ruinas y te multiplicaré para que des testimonio de Mi Nombre. Te haré ver grandes cosas bajo Mi Nombre. ¡Por fin libre! Libre para venir a Mí, tu Salvador, y vivir en Mi Sagrado Corazón. Perseguiré con Mi Luz a tus enemigos, que son también Mis enemigos. No llores por tus hijos que ya no están, porque hoy Yo te anuncio que he colocado a cada uno de ellos en lo más profundo de Mi Corazón.
Bendito sea nuestro Señor,
el Dios de Misericordia,
porque ha visitado a Su pueblo.
Él ha venido en su auxilio,
ha venido a dar Luz
a los que viven en las tinieblas
y en la sombra de la muerte.
Gloria a Aquel que viene a guiar nuestros pasos
por el camino de la Paz y del Amor.
Amén.