2 de marzo de 1987
Gloria a Dios Padre por haberte librado del mal.
¿Quién es?
Soy Yo, Jesús, ¿por qué?
(Aquí me sentí confusa. Aún no comprendo quién es el Padre y cuál es la diferencia entre el Padre y Jesús. Si se refiere a Dios Padre, ¿cómo puede, pues, decir Jesús que Él también es Padre?)
Escucha, Vassula, préstame atención. Aprende que Dios y Yo somos Uno1, Yo soy el Padre y el Hijo2. ¿Lo entiendes ahora? Yo soy Uno, Yo soy Todo en Uno, Yo soy Todo en Uno.
¿Tú eres todo en uno?
Lo soy.
¿Y la Luz?
Yo soy también la Luz. Escúchame:
(Aquí pensé que me sería difícil comprenderlo y ponerlo por escrito, porque también tenía en mente la cuestión del Espíritu Santo.)
Vamos a intentarlo. El Espíritu Santo viene de Mí, ¿lo entiendes ahora? Todo en Uno. La Santísima Trinidad es Una3. Tú puedes llamarme también Padre4. La Sabiduría viene de Mí, Yo soy también la Sabiduría.
Soy Yo, Jesús. Siempre que tengas dudas, acude a Mí.
Pero me da vergüenza tener aún dudas de vez en cuando. Después de haber llenado once cuadernos de revelaciones, nadie estaría como yo. A estas alturas, ¡cualquiera se hubiera vuelto santo!
Cada vez que te sientes confundida, te amo más, Vassula. Ven, tú eres Mi bienamada y Me encanta descansar en Ti. ¿Me amas?
Tú sabes que Te amo, Señor. ¡Pero a veces me siento fría como una piedra! ¡Qué ingrata debo ser!
Siempre que tengas ese sentimiento, soy Yo quien utiliza tu amor para calentar a otras almas que tienen necesidad de calor, almas que son frías Conmigo. ¿Entiendes ahora? Hija, escribe ahora estas palabras5: “Yo, Yahveh, os cubriré con Mi Amor, dándoos a todos Mi Paz, proclamando Mi Palabra a todas las naciones, puesto que, sabedlo, en Mi interior moran el Amor, la Paz, la Misericordia y la Sabiduría. Estableceré Mi Reino sobre la tierra como lo está en el Cielo”.
Vassula, esto es sólo parte de Mi mensaje. Escribe el resto más tarde. Ven, quédate junto a Mí.