10 de octubre de 1989

Mi alma suspira hoy por Ti.
Te he dado mi corazón y mi alma
para que los moldees.
Mi Señor ha venido a mí
con todo Su Esplendor y Majestad,
para elevar mi alma a Él
y mostrarme Su Gran Amor y Su Misericordia.
Él me ha levantado con Ternura
para proclamar a todas las naciones
Su Infinito Amor y Su Misericordia.
Su Amor es Eterno.

Bienamada, permanece pequeña para que puedas introducirte fácilmente en Mi Sagrado Corazón. El Amor te ama. Escucha y escribe: La paz esté con todos vosotros. Yo soy Paz. Yo soy Amor. Vengo a vuestra nación por Mi Ilimitada Misericordia, para extender Mi Viña también por vuestra tierra, a fin de que sus campos produzcan fruto suficiente para alimentar a esta nación moribunda. Mis Obras Divinas se están extendiendo por toda la tierra, y son todas buenas, porque proveen a todas las necesidades en el momento oportuno. Escuchad Mi Voz, hijos devotos, y floreced como florecen las flores cuando llega la primavera. Floreced con los Rayos de Pura Luz que derramo sobre vosotros.

Estoy llenando de bendiciones la oscuridad de vuestra nación. Quiero sanar a vuestra pobre alma, quiero dar descanso a vuestra alma fatigada. Arrojaos, pues, en Mis Brazos abiertos. Yo soy vuestro Salvador, que os está llamando para que volváis a Mí. Ya lo veis, hijos Míos, el espíritu de letargo ha cubierto con un velo a muchas naciones, sumiendo a muchas de ellas en un profundo sueño, y Yo, desde lo alto, observo todo esto con angustia y dolor. Hoy en día, Yo, el Señor, voy en busca de vuestro corazón, porque lo que necesito es amor, un amor que corresponda al Mío…

Venid, venid a Mí con sencillez de corazón, como un niño que se acerca a su padre con confianza. Venid a Mí también exponiéndome vuestra debilidad y confiándome vuestros problemas. Dejad que vuestro Padre del Cielo os escuche

Yo soy Amor, la Fuente Sublime del Amor, y estoy sediento de un Amor correspondido. No rechaces Mi súplica, rechaza las tentaciones que te rodean, hijo Mío. Niégate a dar pie a Satanás. ¡Si tan sólo supieras lo cerca de ti que Yo Soy y Estoy y cuánto deseo elevar tu alma a Mí y destetarte con un verdadero Alimento!

Tratad de comprenderme, tratad de percibir Mi Voluntad, no estéis aquí sólo para satisfacer vuestra curiosidad, estad aquí para aprender. Ensanchad el espacio de vuestro corazón únicamente para Mí, para permitirme establecer en vosotros Mi Morada. No sofoquéis Mi Espíritu que está en vosotros, con inmoralidad, racionalismo, egoísmo y otros pecados, no Me sofoquéis. Dejad que Mi Espíritu respire en vosotros y alzad los ojos al cielo y orad en silencio como Yo oraba a Mi Padre.

Orad con vuestro corazón… y Él os escuchará.

Orad con amor… y Él no os rechazará.

Orad con Fe… y Él no se negará a vuestra súplica…

Todo lo que hagáis, hacedlo con amor para el Amor, y Yo no Me quedaré en silencio, impasible o sin responder a vuestra súplica, porque estoy lleno de Misericordia y lleno de Ternura.

Yo soy el Buen Pastor y busco entre los escombros a Mis corderos y a Mis ovejas. Vengo a buscaros con Mi Corazón en la Mano, para ofrecéroslo. Vengo a buscaros en vuestra pobreza para recordaros una vez más que no estáis sin padre y que todos Me pertenecéis. Vengo a recordarte que en la Casa de Mi Padre hay una habitación para ti, hijo Mío1… Una habitación que te pertenece a ti… Mi Alma suspira por ti… Mi Alma sufre una indecible desolación cada vez que una habitación queda vacía para toda la eternidad… Yo, el Señor, traigo el Cielo en Mis Manos2 como regalo para ti, para ofrecértelo, pero Mi enemigo quiere impedir que lo recibas.

Tantas veces utiliza a pobres almas para reducir Mi Voz al silencio, desaprobando las Gracias de Mi Espíritu Santo e hiriendo así Mi Cuerpo hasta volverlo irreconocible… Ocultándose detrás de una Nube de Oscuridad, esas almas se convierten en Maestras del Mal y de la Vanidad, negándose a entender Mis Caminos. Esas personas pesan terriblemente en Mi Corazón. Con audacia, vienen a Mí huecos y con las manos vacías. Se burlan de la Promesa. Una vez más colocan una caña en Mi Mano derecha, mofándose de Mí. Luego Me la quitan de la Mano para golpearme con ella en la cabeza. Después se hincan de rodillas para rendirme homenaje, a fin de que la gente fuera de la Iglesia hable bien de ellos. Estos sacrílegos Me vuelven a crucificar cada día, Me arrastran al Calvario repetidamente. Me odian sin ninguna razón, ¡ay, hijos Míos!…

Esas personas han convertido Mis Ojos y los Ojos de Mi Madre en un eterno manantial. Escuchad Mi Clamor desde la Cruz, porque multitudes innumerables están cayendo continuamente en los fuegos eternos. Escuchad al Espíritu que da vida. Vuestras naciones han endurecido su corazón y han abandonado la fuente del Conocimiento ¡Volved vuestros ojos a Mí! ¡Alzad vuestras cabezas hacia Mí! Venid a absorber Mi Luz. Permitidme quitar la mortaja que envuelve vuestra nación. Yo soy el Guardián de vuestra alma y de vuestro corazón, que os implora una respuesta de amor, un amor sin interés propio. Morid a vuestro propio yo y permitid que vuestro corazón sea dirigido por el Espíritu, y el Espíritu os conducirá a la Verdad, reconociéndome. Escuchad Mi Voz, la Voz de Mi Espíritu. Incrementad vuestras oraciones y vivid en santidad. Sed santos porque Yo soy Santo.

Si Mi Casa está hoy en ruinas y el ateísmo reina en tantos corazones3 es porque vuestra generación Me niega un lugar en su corazón. Llego y no encuentro ningún amor, ninguna fe, ninguna esperanza. Mi Casa yace en ruinas, reducida a escombros por el Racionalismo, la Desobediencia y la Vanidad. Mis gloriosos pastos del pasado se hallan ahora estériles a causa de la Gran Apostasía que ha penetrado en Mi Santuario.

Falta la Obediencia. Yo he dado por entero Mi cayado de pastor a Pedro para guiar a Mis corderos hasta Mi Retorno. Pero en su maldad y por sus propios intereses, no por los Míos, han partido en dos Mi cayado de pastor para luego hacerlo astillas… La Fraternidad se ha roto, la Fidelidad ha sido destrozada y Mi Rebaño yace muerto, amontonado junto a las Fuentes del Amor, la Paz y la Unidad, Fuentes que existieron en otros tiempos. Todo lo que Yo pido a esos pastores que dieron la espalda a Pedro, es que agachen la cabeza y reconozcan su Error. Quiero que lleguen al lugar de reposo que tengo para ellos. No quiero que caigan como estrellas, una tras otra. Si tan sólo escucharan lo que el Espíritu les está diciendo hoy, Yo no les recordaría su apostasía ni las Heridas que Me infligen.

Orad por esos sacerdotes, Mi amor hacia ellos es Inmenso, pero inmenso es también el dolor que hoy día Me están causando. Orad para que se dobleguen y se laven los pies unos a otros con humildad y amor.

Yo, vuestro Señor Jesucristo, estoy exhalando Mis Suspiros de Amor sobre vuestra frente y bendigo con Gran Amor a cada uno de vosotros, para que os unáis y seáis uno, como la Santísima Trinidad es Uno y lo Mismo. Vosotros también sed uno bajo Mi Santo Nombre.


1 Jesús dijo esto muy conmovido.
2 En una visión interior, vi a Jesús sosteniendo en Sus Manos un globo resplandeciente de luz que me recordó la luminosidad de San Miguel Arcángel.
3 Al decir esto, Jesús estaba extremadamente triste.