15 de septiembre de 1988

(Santa Madre de los Dolores)

¿Señor?

Yo soy.

¿Cómo es posible que tantos eclesiásticos no aprecien las Señales Misericordiosas que Tú nos estás dando estos días? Señor, ¿sabes lo que dicen? Dicen que ahí no está la Verdadera Fe. En otras palabras: “Nosotros ya estamos convertidos sin señales, por tanto, nosotros podemos prescindir de ellas. De modo que, Dios, no nos des más señales, nosotros no estamos interesados en cosas tan extraordinarias…” En lugar de caer TENDIDOS al suelo, rostro en tierra, y clamar a Ti: “¡Gloria a Dios! ¡Alabado seas Señor, por tu Misericordia Infinita! ¡Estás verdaderamente cumpliendo las Escrituras!”

¿Qué es la Verdadera Fe para ellos, si rechazan al Espíritu? Argumentan diciendo: “Recordad lo que Jesús dijo a Tomás: “Dichosos los que crean sin haber visto…” Han olvidado lo que dicen también las Escrituras: “No tratéis nunca de apagar el Espíritu, y no despreciéis el Don de Profecía”. Y el Espíritu sopla donde quiere… Cuando esas personas discuten, parece que no se dan cuenta de que es Contigo con quien están discutiendo, mi Señor.

Hijita Mía, clama con fuerza a las naciones.

¡Grita!, para que todo el mundo pueda oír: “¡Aquí está vuestro Dios! Nuestro Dios está con nosotros. Jamás nos ha abandonado. Ha venido como un Pastor a alimentar a Su rebaño y recoger en Sus brazos a Sus corderos, porque Su Reino está al alcance de la mano”.

Alimentaré a Mi pequeño rebaño, y los recogeré a todos en Mis brazos, con gran amor.

No dan importancia a Tus Señales. Se enteran de ellas y las archivan. Parece que quieren decirte que dejes de manifestar Tus Señales.

Nadie tiene que darme consejos. No necesito ni a uno solo de esos consejeros, porque su sabiduría es una vergüenza para Mí. ¿Acaso no sé Yo cómo mediros y cómo alimentaros? ¡Ay! Sólo queda un pequeño resto entre vosotros que acoja a Mi Espíritu. ¿Se han dado cuenta de cómo Me han fallado por su espíritu de antagonismo? Y al fallarme a Mí, han dejado de ver La Verdad.

¿Puede la arcilla decir a su moldeador: “Qué estás haciendo”? Recibid humildemente lo que obtengáis del Espíritu, aceptando Mis Obras y sus misterios. Yo he querido aumentar Mis Señales en vuestros días. Recibid, pues, con alegría lo que obtenéis del Espíritu, alegraos y recibidme. Estad contentos, en vez de volverme la espalda. ¡Volveos hacia Mí y reconocedme! ¡No apaguéis Mi Espíritu! Por el contrario, ¡acogedme! ¡Ay de vosotros, los que suprimís Mi Espíritu! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, hinchados de Vanidad! ¡Habéis hecho una desolación de Mi Santa Iglesia! ¡Buscad La Verdad, examinándoos a vosotros mismos para aseguraros de que estáis en La Verdadera Fe!

¡Altar! Yo, el Señor, mantendré tu llama ardiendo hasta el final. Mis Obras no se han acabado aún. Ven, ahora. ¿Nosotros?

Para siempre. Amén.