14 de septiembre de 1988

(La exaltación de la Santa Cruz)

¿Jesús?

Yo soy. Escucha Mi Voz. Estoy clamando en este desierto. Exaltaré a todos los Me que escuchen, y sus pecados serán lavados y olvidados, como agua pasada.

¡Ay de los que cierren sus oídos! ¡Ay! Habrá muchos entre vosotros que se extraviaron pero que no Me escucharán a Mí, que soy El Camino. Me habéis abandonado, lleváis ya tanto tiempo extraviados en el Error, inhalando únicamente el humo de Satanás, que Mi Nombre no significa ya nada para vosotros. Sois como sombras en la tierra. Sin embargo, en vuestra maldad, habéis trastocado la Verdad, ayudados por Satanás. Me habéis eclipsado con la evolución.

Os he dado tantos avisos…Os he estado prediciendo estos días. Por Mi Ilimitada Misericordia, os he dado señales, pero, con todo, habéis preferido cerrar vuestros ojos a Mi Misericordia. ¡Guías! Vosotros que conocéis Mi Palabra, que administráis en Mi Nombre, que reconocéis el Fin de los Tiempos1 y os dais cuenta de que está al alcance de la mano, pero que os mantenéis apartados de las Gracias que estoy derramando sobre vosotros, por pura cobardía, poniendo el honor antes que a los hombres, tratad de entender y examinad una vez más los misterios ocultos en Mis proverbios. Os pido, solemnemente, que supliquéis al Espíritu Santo de Discernimiento que descienda sobre vosotros para que tengáis una percepción mas profunda del Conocimiento.

Los días están contados y vuestras almas también. Estad preparados. Despojaos de ese velo que Mi adversario ha echado sobre vuestros ojos, porque mientras perdure vuestra vanidad, perdurará en vosotros la culpabilidad. Humillaos y aceptad Mis Caminos. Responded a Mi VOZ, que clama con angustia en este desierto2.

Ven, hijita Mía, apóyate en Mí. Juntos… juntos compartiremos Mi agonía.

Sí, mi Señor, quiero compartirla.

¿Nosotros?

Para siempre.


1 En las Escrituras.
2 Cuando Jesús pronunció estas palabras, me hizo también participar de Su agonía. Jesús está sufriendo atrozmente.