8 de octubre de 1989

(Turín – Domingo)

(Visité la Basílica del Santo Sudario. Después de haber rezado y hablado con Jesús, salimos y sentí una inmensa alegría dentro de mí. Alabé al Señor por mostrarme Su Gran Amor, un Amor que yo nunca había conocido en todos estos años. Justo entonces me envolvió una intensa fragancia de incienso. Sentí redoblar mi alegría ante Su señal.

Caminamos hacia la iglesia de San Domenico, donde dos años atrás mi prima vio una aparición de nuestra Santa Madre sobre la puerta lateral de la iglesia, invitándonos a entrar, pues era la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario, si bien nosotras no lo sabíamos en ese momento. Esta vez llegamos un rato antes de la Misa y mientras estaba sentada en adoración a Jesús, me puse a hablarle en francés. Al darme cuenta, Le dije en inglés: “¿Por qué Te estoy hablando en francés? Voy a hablarte en inglés”. Jesús me respondió inmediatamente: “Yo preferiría que Me hablaras con tu corazón”. Y de nuevo me inundó con Su Fragancia de Incienso.)