5 de noviembre de 1998

(En los Estados Unidos, antes de que llegara yo, se suscitó mucha controversia en torno a mí. Tal y como una vez me dijo nuestro Señor, parecía que, ante la proximidad del Espíritu Santo, todos los demonios se desmandaran y que el demonio aplicara todo su poder de fuerzas maléficas para crear el caos.

¡Qué forma tan típica del demonio para combatir el mensaje salvífico de Nuestro Salvador! ¡Y cuántas veces lo ha puesto él en práctica antes de mi llegada con los que son devotos hijos de Dios! Que aquellas almas que permiten a Satanás susurrar en sus oídos y le escuchan, sean perdonadas y preservadas del mal… Sin embargo, dado que todo ese ruido era provocado desde las profundidades del Infierno, la Poderosa Mano de Dios pudo ahuyentarlo, y nuestro Señor triunfó al final. Miles de personas se reunieron para escuchar el mensaje de Nuestro Señor, y aquellos que fueron víctimas de Satanás, haciendo falsas declaraciones, basadas en rumores para impedir que yo estuviera presente, quedaron impotentes…)

Bendito aquel que se preocupa por la justicia y actúa con integridad…

Hijita Mía, aprende que toda lengua que profirió acusaciones contra ti será rebatida en el Juicio, a menos que se arrepienta. Oración e incienso expiatorio es lo que ellas necesitan. Al oír a Mi Espíritu Santo, todos los demonios se atormentan y refuerzan su pujanza por todos los medios, llegando a extremos, atacando a Mis portavoces con furia despiadada y falsedad, porque esas Dominaciones, Principados y Potestades tienen gran fuerza sobre la tierra. Pero no temas, están sometidas a Mis órdenes. Retroceden ante Mí, y tiemblan ante Mi Cruz.

Mi alegre mensajera, te he ungido con óleo para que seas Mi Eco de Amor, de Unidad y de Reconciliación. Repito una y otra vez que he hecho de ti un testigo para Mi pueblo. ¿Ves? Todos se están reuniendo y vienen a escuchar Mi Himno de Amor, y cuando lo hacen, se vuelven radiantes porque Yo, como un sol, hago brillar sobre ellos Mi resplandor y Mi Gloria.

Hoy te digo: tu Salvador adelantará más Su Victoria. Mi Retorno no se retrasará. Traeré la salvación a aquellos que Me aman.

Desde el principio he pronosticado el futuro y predicho de antemano los acontecimientos que han de venir, pero los cabellos de muchas personas ya se han vuelto grises y todavía no han entendido Mis palabras, ni nunca lo harán. Por lo tanto, os voy a conceder un entendimiento. Yo te advertí una vez1, generación que, debido a esta Gran Apostasía, los rebeldes2, que se consideran eruditos por grado, forzaron sigilosamente un pasadizo dentro de Mi Santuario para desvalijar y saquear con toda libertad, con la intención de pisotear Mi Divinidad y Mi Sacrificio Perpetuo como barro de las calles, estableciendo legisladores de leyes infames.

He dicho que Mi Mano sigue levantada para golpear y que Mi Justicia soplará sobre vosotros, levantándoos infinidad de ampollas que abrasarán a vuestra generación y toda cosa viviente a su alrededor. Muchos querrán entonces respirar, pero sólo inhalarán un viento abrasador que los quemará interiormente, convirtiéndoles en una antorcha viva.

¿No sabes, generación depravada, que en estos días de oscuridad que estás viviendo, has estado inhalando una apostasía abrasadora? ¿una apostasía que te quema por dentro y por fuera, produciendo infinitas ampollas en lo más íntimo de tu ser? Algunos preguntarán: “¿Por qué Dios nos ha hecho esto?”. ¿No habéis leído, “la ira de Dios se manifiesta en vuestros tiempos, desde el cielo, contra toda impiedad y depravación de los hombres que retienen la verdad prisionera de su maldad”?3 Pero no hay uno solo que haya entendido Mis palabras…

Yo he estado pidiendo grandes y auténticas expiaciones para que no tuvierais que sufrir las consecuencias de esta Apostasía, pero he recibido muy pocas expiaciones, porque Mis palabras han sido censuradas por falta de confianza en Mí. Ellos no confiaron en Mí y no creyeron enteramente en Mi Poder, para difundir Mis palabras y prevenir a esta generación.

Tu propia conducta, generación, y tus acciones han atraído sobre ti esta Apostasía que traspasa tu corazón. Pero al mismo tiempo también, mientras te digo esto, Mis Ojos se llenan de Lágrimas de Sangre y Mi Corazón continúa sollozando como una flauta por todos vosotros…

Hoy clamas, generación: “Dios mío, estoy angustiado por mi familia y por mí mismo. Me retuerzo de dolor a causa de este viento abrasador”. Pero, hasta el día de hoy, Mis palabras se ignoran y no se toman en serio. Jadeáis en busca de aire fresco mientras os quemáis por dentro y, sin embargo, cuando Mi Espíritu Santo de Gracia desciende con poder sobre vosotros para liberaros, y llega con gloria a vosotros para que inhaléis el Aliento de Vida, el Aliento de Dios, que es el Espíritu Santo, vuestros rebeldes e indisciplinados corazones continúan rechazándome.

Mi Retorno es inminente, pero tampoco habéis comprendido plenamente lo que significa esto. Y así es, Vassula Mía, como el Amor por todos vosotros Me impulsa a adelantar Mi Retorno.

El Poder Omnipotente, la Sabiduría y la Bondad prevalecerán en no mucho tiempo. Ecclesia revivirá en su Gloria Trinitaria. Bendito el que Me permite residir en su alma. Bendito el que se apoya en Mi Seno y Me permite abrazarlo: su alma será reconocida4 en Mis Atrios por el olor de Mi fragancia en él.

Bendito el que recibe Mi Palabra y la guarda: será juzgado santo.

Di a esta generación, y especialmente a aquellos que no Me conocen, que Yo, en Mi Amor Divino, Yo que te he dado gracias místicas para levantar a la Iglesia, embellecerla y darle Fuentes de Agua Viva, soy el Autor de esta revelación y estoy reteniendo aun mayores gracias de Mi Poder, porque te serán dadas más tarde y a su debido tiempo.

Tú me has dado con liberalidad
de Tus Propios Bienes.
Señor, Amante de la Vida,
Tu don de Misericordia me ha salvado a mí
y a muchos otros.

Gloria a Dios,
alabado sea Su Santo Nombre.

Descansa ahora, amadísima Mía, en tu Lugar de Descanso5. Los melodiosos latidos que oyes son Mis Suspiros de Amor por cada uno de vosotros.

Ven, ¿nosotros?


1 El 3 de julio de 1988.
2 En otras palabras, los rebeldes representan “el humo de Satanás” predicho por el Papa Pablo VI.
3 Rm 1,18.
4 Aceptada.
5 Su Sagrado Corazón.