Oh, Padre Eterno,
Autor del Himno de Amor,
Rey desde el principio,
Te has alzado, oh, Dios,
para decir algo a todos los habitantes de la tierra.
Fiel a la grandeza de Tu Misericordia
y de Tu Nombre,
has hecho llover sobre nosotros bendición tras bendición.
Sobre las olas del mar
y sobre la tierra entera,
se ha extendido Tu fragancia.

Poderoso Dios,
nunca ha habido antes cosas tan hermosas
en nuestra generación.
Autor del Himno de Amor,
tus Obras son una soberbia ornamentación,
un adorno magnífico para deleitar
los ojos y el corazón.
Yo quiero alabarte, Padre Eterno,
toda mi vida,
y cantar para Ti, Dios mío,
mientras viva.
Amén

15 de mayo de 1992