30 de mayo de 1995

(De regreso a Belén.)

Vassula, Yo estoy contigo, y todo lo que pido es amor.

Diles, y que todos lo entiendan, que el amor es el camino hacia el Cielo, el amor conquista los corazones y agranda Mi Reino. El amor es la llave para acabar con esta Apostasía. El amor se os da gratuitamente. ¡Pedid el don del amor y Yo os lo daré! Mi Tema de Amor1 se entrega a todas las naciones, y aquellos que quieran escucharlo, lo escucharán.

Orad, orad, orad, pero hacedlo con amor. Abrid vuestros corazones y Yo los sanaré. Devolved el mal con amor, buscad el bien y la Bondad os contestará desde lo alto, y os hará a Nuestra semejanza. Yo conozco todas las cosas y observo todas las cosas, y lo que veo en esta generación no está de acuerdo con Nuestra semejanza. La insolencia, la violencia, la avaricia, la vanagloria, la maldad que ha superado la maldad de los demonios, la rebelión contra Mí y contra todo lo que es santo, y todos los vicios que pueden llevar vuestra alma a la ruina, todo ello es lo que practica la mayoría de esta generación. Toda clase de mala acción es pecado… Levantad los ojos y estad deseosos de encontrarme, y no caigáis víctimas de la belleza mundana, pues la adoración de esta clase de belleza es la causa de tanto mal.

Para coronar ahora vuestra maldad habéis bordado vuestro plan a semejanza del de la bestia y juntos2, generación, cometeréis vuestro crimen:

Abolir Mi Sacrificio Perpetuo
y erigir, en su lugar,
la desastrosa abominación.

¿Acaso no lo habéis oído?: “Cuando el hombre recto renuncia a su integridad para cometer pecado, y muere a causa de éste, muere a causa del mal que él mismo ha cometido, pero cuando el pecador renuncia al pecado para hacerse observante de la Ley y honesto, merece vivir, Ha elegido renunciar a todos sus pecados anteriores. Ciertamente vivirá. No morirá”3.

Mis Ojos derraman lágrimas de Sangre y Mis Párpados rezuman llanto. ¡Oh, qué dolor Me causas, generación, porque la Muerte ha trepado a tu casa y tú no te das cuenta! Muy pocos se arrepienten… pero la mayoría de vosotros, generación, no estáis diciendo lo que deberíais decir: no os arrepentís de vuestra maldad, diciendo: “¿Qué he hecho con mi vida, mi alma y mi corazón?”. La más ligera señal de remordimiento por vuestros pecados, y Yo los perdonaré y los olvidaré. Dichosos los que meditan Mis palabras y Mi súplica, y razonan con sentido común, porque serán salvados.

Yo os bendigo con todo Mi Corazón. Os bendigo. IC.


1 Este mensaje
2 Con la bestia.
3 Ez 18,26-28.