13 de octubre de 1994
Aquí estoy, Señor,
todo lo dispuesta que puedo estar,
para servirte con honor y amor.
La paz esté contigo, alma. Vassula Mía, siempre te doy oportunidades de anunciar Mis Mensajes por mucho que tus… o ponlo más bien de esta manera, nuestros perseguidores tratan de detenerte, pero nunca alcanzarán su objetivo…1 Yo soy el Dueño de Cielos y Tierra…
Bendita de Mi Alma, permíteme ahora utilizar tu mano de nuevo. Continuaré hablando a las naciones a través de tu boca y, para alentarte, les revelaré Mi Santa Faz de vez en cuando. Y en ti también revelaré a tu sociedad tu cuerpo glorioso. Estos dones los ofrece Mi Padre que te ama, porque tú Me amas. Mostraré a tu sociedad el resplandor de tu cuerpo glorioso2, ese cuerpo que es imperecedero… Para mostrarte Mi Camino hacia Mi Reino, permíteme santificarte3.
Continuaré curando a vuestros enfermos, y Mi Nombre será alabado. Escúchame: para ensalzar Mi Nombre, apareceré frecuentemente en tu lugar como recordatorio de Mis Maravillas y de la realidad de Mi Presencia. Me revelaré en ti, para demostrar a todos que Yo estoy en ti y tú en Mí, para que crean que, a través de tus palabras, Yo Soy. El amor con el que Mi Padre Me ama está en ti, hijita Mía, por eso estoy Yo en ti. Habiendo ganado el favor de Mi Padre en el Cielo, Él te ha concedido ahora este tesoro inagotable que vale más que todos los tesoros del mundo juntos.
Vengo de nuevo a ti para que oigas la Palabra de Dios Yo soy Dios. Glorifica Mi Nombre y anuncia Mis Milagros a este mundo que Yo he conquistado. Quiero que se conozcan y se difundan Mis Milagros. El Cielo y la Tierra han de ver Mi Gloria. No dudéis más, sino creed ahora…Abriré para ti una puerta importante4.
Escúchame ahora y escribe en Mi Nombre: Yo os digo que la salvación llegará a los abandonados y a aquellos que nunca Me han buscado. Los pobres y los miserables, los abandonados y los famélicos5 necesitan agua y no hay ninguna. Su lengua está reseca de sed, por eso les daré agua con Mi propia Mano. ¿No has notado cómo estoy reuniendo a los miserables? ¿A los moribundos?
Llamaré a los pecadores y a todos aquellos a quienes vuestros sacerdotes6 ejecutan diariamente con sus duras palabras. Transformaré su tristeza en alegría, y cuando pregunten: “¿Qué hay de nosotros? ¿Podemos heredar también Tu Reino? ¿Podemos realmente ser salvados?”, les responderé: “He oído vuestra plegaria, os salvaré también a vosotros, por vuestra misma miseria voy a salvaros. Yo he venido para los enfermos, para los pobres, ¿no has oído esto antes, hijo Mío?” No son a los que Me llaman: “Señor, Señor”, y no hacen Mi Voluntad, a los que escucharé. No es a aquellos que os hablan diariamente de vuestros fundamentos, pero que no tienen ninguno ellos mismos, a los que escucharé. ¡Ay de vosotros, los que sois ricos! Estáis recibiendo ahora vuestros honores, pero el día de vuestro entierro seréis despojados de Mi Reino, y vuestro nombre borrado del Libro de la Vida… Y tú, hija, no dejes que tu alma revolotee por otro lado que no sea en Mi Corazón.
No temas proclamar Mi Llamada Misericordiosa, ¡honra a Mi Espíritu! Yo aumentaré en ti, siempre que estés preparada a disminuirte, pasando desapercibida. Mis Obras en ti glorificarán Mi Nombre. ¿Nosotros? IC.