3 de octubre de 1994

Vassula-de-Mi-Pasión, vive para Mí. Éste debería ser realmente el propósito de tu vida ahora. Haré de tus enemigos, que son también Mis enemigos, cenizas por el suelo. ¡Oh, tierra¹, dotada sin embargo de alma! ¿Por qué Me afliges tanto? ¿Es posible que ya no quieras tu herencia? Ah… Vassula, cómo Me aflijo por esta generación. Les tiendo Mi Mano en medio de su desolación, voy a su alma marchita para revivirla, pero parecen no ver nunca Mi Mano salvadora.

Ven, delicada niña, y profetiza en Mi Nombre, y habla a Mi pueblo de Mi nueva alianza, que se acercan ya los días en que Nuestros Dos Corazones serán traspasados de nuevo. Mis enemigos van a asaltar Mi Santuario, Mi Altar y Mi Tabernáculo para erigir su desastrosa abominación. Va a haber un tiempo de gran aflicción, sin paralelo desde que empezaron a existir las naciones. Por la fuerza y por la traición, invadirán Mi Casa.

La Rebelión ya está en movimiento, pero en secreto, y aquel que la mantiene a raya tiene que ser primero destituido, antes de que el Rebelde profane abiertamente Mi Santuario.

¡Oh, cuántos de vosotros caeréis por sus halagos! Pero los Míos no cederán terreno, al contrario, ofrecerán sus vidas por Mi causa. Te digo, con lágrimas en los Ojos: “Vosotros, Mi pueblo, seréis probados a fuego por este invasor…” Sus preparativos de asedio ya se están extendiendo por el mundo. El león² ha dejado su guarida.

Escucha esta vez y entiende: el invasor es un erudito. De esos entendidos que siguen a la Bestia y que niegan Mi Divinidad, Mi Resurrección y Mis Tradiciones. Éstos son de los que dicen las Escrituras: “Henchido de orgullo, has dicho: soy un dios. Estoy sentado en el Trono de Dios, rodeado por los mares. Aunque eres un hombre y no un dios, te consideras igual a Dios…”³

Hoy, hija Mía, he encontrado un corazón indiviso, un corazón en el que puedo escribir esos secretos que han estado sellados, puesto que, ciertamente, se van a cumplir ahora. Así pues, permite que Mi Mano grabe estas palabras en tu corazón, hija:

Cuando aquel que aplasta el poder del pueblo santo se coloque en Mi Trono, junto con esos traficantes de Mis Tradiciones, su presencia será erigida como la de un Dios, en el centro de Mi Santuario. Yo os había advertido y os sigo advirtiendo, pero muchos de vosotros escuchan sin entender… Hoy estáis construyendo, pero os digo que no podréis completar vuestro trabajo…Abrid todos vosotros los ojos y mirad la conspiración en Mi Casa… Conspiración y traidores van juntos: alguien que comparte Mi mesa se está rebelando contra Mí y contra todos los poderes de Mi Reino.

Os digo esto ahora para que, cuando llegue el momento, comprendáis plenamente Mis palabras y creáis que, durante todo el tiempo, Yo, Dios, era el Autor de estos clamores.

Te diré ahora algo que se os ha mantenido en secreto. Os revelaré nuevas cosas, cosas escondidas y desconocidas para vosotros: muchos de vosotros perderéis la fe y honraréis a ese traficante, porque utilizará el halago, y él, junto con la gente de un dios extranjero, los eruditos de vuestros días, los que rechazan Mi Divinidad, Mi Resurrección y Mis Tradiciones, pisotearán Mi Sacrificio. Como el corazón del hombre es débil, muchos le aceptarán, porque les conferirá grandes honores en cuanto le hayan reconocido en su corazón.

Mi Iglesia tendrá que experimentar todos los sufrimientos y las traiciones que Yo Mismo experimenté, pero las Escrituras han de cumplirse una vez más, cuando dicen: “Golpearé al pastor y se dispersarán las ovejas”⁴.

Sin embargo, obedeced a este pastor, pase lo que pase, permaneced fieles a él y a nadie más. Vuestro pastor será golpeado…

Y los gemidos de Mi pueblo atravesarán los cielos. Cuando Mi ciudad no sea más que escombros, la tierra será hendida y desgarrada, y se tambaleará.

Mientras todo esto esté sucediendo ante vuestros ojos, estallará una chispa desde el Oriente. Una mano leal se tenderá desde el Oriente para defender Mi Nombre, Mi Honor y Mi Sacrificio. Mientras que las blasfemias estén brotando a chorros de la boca de la Bestia, un corazón se ofrecerá desde el Oriente para salvar a este Hermano que será la presa del Maligno. Y mientras se rompen los tratados y se rechaza y se mata a los profetas, se oirá una noble voz desde el Oriente: “Oh Irresistible, haznos dignos de Tu Nombre, concédenos ser uno en Tu Nombre…”

Satanás está en camino hacia Mi Trono. Convocad a vuestras comunidades y decidles que Yo, Jesús, vendaré vuestras heridas cuando llegue el momento.

Nuestros Dos Corazones serán vuestro único refugio en los días de vuestra aflicción. Por eso, vosotros a quienes amo entrañablemente, escuchad y entended: Quiero que seáis valientes, no tengáis miedo en los días de la gran tribulación, continuad defendiendo Mi Palabra, Mi Tradición, y no aceptéis perifollos ni doctrinas humanas que Mi Enemigo, con su pluma, añadirá y firmará. Su firma será con sangre tomada de niños pequeños, utilizados para sus iniciaciones asesinas, ¡esas iniciaciones llevadas a cabo para promocionarle!⁵

Y mientras vosotros, amigos Míos, estéis todos aguardando el Amanecer, mientras que los tratados se estén rompiendo y cuando la Rebelión esté a punto de reventar, levantad los ojos y mirad hacia el Oriente, esperad el Amanecer, esperad la Luz que se elevará de Oriente. Esperad el cumplimiento de Mi Plan. Cuando el hombre sediento, con la garganta reseca, esté buscando agua, Yo, con todo Mi Esplendor y Soberanía, descenderé sobre vosotros como un Río, con Mi Nuevo Nombre.