5 de octubre de 1994

Vassula Mía, sigue Mis reglas. Mis reglas son: revelar Mis riquezas a toda la humanidad y permitir que Mi Espíritu sea tu único Guía. No te desanimes, Mi Amor te sostendrá. Escucha y escribe:

Mi ardiente deseo es que Occidente y Oriente se encuentren. Necesito que esos dos pilares1 de Mi Iglesia se unan y consoliden Mi Iglesia. Mi Iglesia no puede mantenerse firme con un solo pilar. Yo les había encomendado salvaguardar Mi Iglesia, pero apenas volví al Padre comenzó vuestra división, y Mi Cuerpo fue desgarrado por la mano de las criaturas que Mi Padre había creado. Desde entonces, fui sacudido por terribles escenas.

Hoy cualquier delicadeza por parte de Mis criaturas para reparar Mi Casa tambaleante, Me conmueve profundamente. Cualquier paso hacia la unidad, alegra a todo el Cielo, cualquier oración ofrecida por la restauración de Mi Cuerpo, disminuye la ira de Mi Padre. Cualquier asamblea en Mi Nombre para la unidad, hace que se derramen Mis bendiciones sobre los participantes de esas reuniones.

Mis Ojos velan sobre los que Me aman y que, a pesar de sus imperfecciones, cumplen Mis fervientes deseos. Venid, pues, juntos, y juntos preparad la Mesa para honrarme. Conocéis el sabor de Mi Copa y de Mi Pan; los dos habéis estado probando Mi Comida. La tercera lengua, sin embargo, aún no Me conoce plenamente, pero vosotros, vosotros habéis estado guardando Mi Tradición, habéis sido inconmovibles2. ¿No habéis oído: “Hermanos y aliados son buenos en tiempos de tribulación pero, mejor que ambos, la generosidad en el rescate”?3

Apresurad el día de Mi Gloria. Desde Oriente urgiré a un corazón generoso que, con su lealtad, sellará una alianza de paz con Occidente. Mi Soberanía fue partida en dos y desde entonces, en astillas… ¡Qué gloriosos erais en vuestros días de antaño!

Venid a reconstruir Mi Casa en Una sola, unificando las fechas de Pascua… Hay dos Hermanas en las que Mi Alma se alegra y a las que ama, aunque están rodeadas de una multitud de sus hermanos que no quieren escucharlas. A pesar de que su alma4 no ha estado nunca tan próxima a la muerte, no escuchan. Yo Mismo, por lo tanto, uniré a las dos para que honren Mi Nombre y pronuncien Mi Nombre alrededor de un solo altar, e inmediatamente después, todos los hermanos juntos completarán la ceremonia.

He estado observando con desagrado estos procedimientos en Mi Casa, y os digo: un traidor atará Mi Ley y Mi Tradición, y someterá el pilar que Me honraba en Occidente. Se llevará a cabo un censo, sin consultarme. Sus corazones están decididos a suprimir este pilar antes de que Yo lo una con el pilar de la Iglesia de Oriente y consolide Mi Casa tambaleante. Están decididos a heredar lo que no les pertenece. ¿Cómo pueden olvidar que examino cada corazón para saber lo que planea? Mi Espíritu ansía uniros para que Mi pueblo, que hoy camina en tinieblas, vea Mi Luz, y que aquellos que yacen en el valle de la muerte, puedan resucitar.


1 Oriente y Occidente.
2 Inconmovibles en la Tradición.
3 Si 40,24.
4 El alma de los hermanos.