20 de diciembre de 1993
¿Señor mío?
Yo Soy.
Que los ojos de aquellos
que no ven Tus señales
no sigan cerrados por más tiempo.
Que los oídos que ya no escuchan,
se abran y estén alerta.
Que el corazón
que nunca entiende Tu Sabiduría,
se abra y comprenda Tus proverbios.
Que sus espíritus cultiven
todo lo que Tú Mismo has plantado,
para darte gloria.
Yo os visitaré a todos al final1…Y tú, hija Mía, no permitas que el desaliento se lleve lo mejor de ti. Tu carrera no ha concluido aún, así que no disminuyas tu velocidad. Yo te ayudaré y escucharás Mi Voz para alentar tu alma. Escucha ahora y escribe:
En el comienzo, cuando tú no sabías lo que significaba la Integridad, en el comienzo, antes de que la Sabiduría viniera a instruirte con Mi Palabra, Yo te envié, en aquellos días, a Mi siervo Daniel2 para que tocara tu corazón y te condujera a Mí. Así llegué a levantar a alguien de lo más bajo de la humanidad. Fue por Mi Gracia y Mi Fuerza por lo que te hice Mía. La Soberanía cenó contigo y te utilizó como Su arpa para encantar a muchos de Su casa con Su Himno de Amor. ¡Alégrate, hija, porque Me propongo completar contigo el viaje de tu vida!
Al principio, antes de que Mi Fuego te atravesara, envié a Mi siervo Daniel a pedirte que leyeras el libro de Daniel, porque en él se encuentran verdades relevantes. Verdades y profecías a las que se debe romper el sello para comprenderlas y, luego, proclamarlas. Esas verdades son las señales del fin de los tiempos. Por lo tanto, el libro de Daniel, que fue sellado y sus palabras mantenidas en secreto, ahora os está siendo revelado a todos, en plenitud.
Os he estado diciendo a todos que vuestra generación ha apostatado, y que esta apostasía se introduciría en el corazón de Mi Santuario, afectando a sacerdotes, obispos y cardenales. Ves, hija, estoy hablando de aquellos apóstatas que están traicionando Mi Iglesia y se están oponiendo a Mi elegido, el Vicario de Mi Iglesia, que contiene su rebelión. Pero fue dicho que Satanás se pondría a trabajar, en vuestros tiempos, para destruir todo lo que es bueno, y se lanzaría en persecución de aquellos a quienes Yo os estoy enviando con Mis llamadas Misericordiosas, que podrían haberos salvado. Mis llamadas y Mis señales del Cielo no han sido captadas por esos apóstatas, sino que han sido rechazadas. Sin embargo, todo lo malo que puede conducir su alma hacia una mayor oscuridad y destrucción será acogido por ellos. Acogerán la Mentira y rechazarán la Verdad.
Se ha dicho3 que, durante un tiempo, dos tiempos y medio tiempo4, Mi pueblo estaría bajo su persecución y el dominio de la bestia5. Se ha dicho que ellos, con la ayuda de esa bestia, considerarán cambiar las Tradiciones y Mi Ley, y están planeando suprimir el Sacrificio Perpetuo, pisotearlo y aplastarlo, y en su lugar, erigir la desastrosa abominación, una imagen sin vida… Y cada santo que os estoy enviando en vuestra generación, estará sujeto a su poder.
Hoy, estáis todos contemplando cómo se están cumpliendo estas profecías. Influenciados por la bestia, esos apóstatas6 están haciendo la guerra a cada santo que Yo os envío, demostrando que hoy son los más fuertes7. Y en cuanto a aquellos8 que rechazan Mis llamadas de hoy, sin razón alguna, en Mi Día harán esta confesión:
9 “Oh Señor, hemos estado ciegos y hemos pecado. Verdaderamente Te hemos agraviado, y hemos traicionado Tus mandamientos y Tu Ley. Nos hemos negado a escuchar a Tus servidores, los profetas, que hablaban en Tu Nombre al mundo entero. Señor, no hemos escuchado Tus Llamadas Misericordiosas, ni hemos aceptado ningún consejo. Oh, Dios, no prestamos ninguna atención a Tus manifiestas señales. Hemos estado ridiculizándolas todas, porque hemos pecado contra Ti. Nos hemos burlado de las Escrituras; si no lo hubiéramos hecho, habríamos aceptado Tu Señal en el cielo10 y los dones de Tu Espíritu Santo, pero apartamos los ojos para no ver, no fuera que viéramos y nos convirtiéramos. Y la maldición y las imprecaciones escritas en las Escrituras caerán ahora sobre nosotros porque, ciertamente, hemos pecado contra Ti. Y ahora, ahora que el Santo Sacrificio ha sido abolido ¿hacia quién nos podemos volver? ¿Con qué podemos alimentar nuestras almas? ¿Cómo podemos apagar nuestra sed? ¿Cómo podemos obtener la Vida, ahora? Toda la desolación de la abominación que Tú predijiste, pero mantuviste en secreto, se ha hecho ahora realidad. Nuestra aflicción no se compara con nada, desde que llegamos por primera vez a existir11”.
12Vassula, Mi amor te sostendrá. Permíteme, Mi queridísima alma, siempre tan frágil, utilizarte enteramente. Sé Mi testigo silencioso13. Ven.