29 de septiembre de 1993

(Festividad de los Arcángeles)

(San Miguel me dio este mensaje:)

Dios es Rey de toda la tierra y todo el cielo, ¡no hay nadie como Él! Él es vuestra salvación, vuestra fuerza y vuestra paz. En vuestra aflicción, Él tenderá Su Mano para levantaros y salvaros.

Dios es Dueño de los Cielos y la tierra y no hay nadie como Él, nadie que pueda compararse con Él. Os lo digo: manteneos despiertos porque nadie sabe el día en que vuestro Dueño vendrá a vosotros. El Todopoderoso no postergará Su decisión.

Vendrá a todos vosotros en una Columna de Fuego, y la luz de Su pueblo se convertirá en un fuego y vuestro Santísimo en una Llama, quemando y devorando la astucia del mal1. Su Luz penetrará y atravesará la Oscuridad, y los que no podían ver, verán. Él destruirá a los soberbios del mundo presente. El resto que quede serán los Suyos. Ese resto será tan escaso que hasta un niño podría contarlo, ¡a no ser que el Todopoderoso escuche desde la tierra un grito de arrepentimiento! Su sentencia es justa.

Permanece en el Señor, Vassula, y Él te dará fuerza. Yo te protegeré.


1 Alusión a la Purificación.