3 de junio de 1993
¿Señor?
Yo Soy. Descarga tu peso en Mí, hijita Mía…
Mis oídos se están poniendo enfermos con los aullidos de los canallas. Su lengua maliciosa se está inventando mentira tras mentira sobre mí.
Tus falsos acusadores tendrán que enfrentarse a Mí un día… Yo estoy de tu parte, ¿no te has dado cuenta? ¡Todas sus acusaciones se escurrirán como agua que va a parar a la cloaca! ¡Levántate! Levántate e impón tus manos sobre los enfermos y Yo los sanaré. ¡Habla! Y la articulación de Mis Palabras en tu boca hará que sus espíritus caigan en Mi Abrazo1. Apóyate en Mí, Yo te he dado Mi Paz, por tanto, permanece en esta Paz. No temas ahora… Mira,
Yo soy la Resurrección.
Pero el príncipe de este mundo es la Muerte. No acuses a tus perseguidores para que Yo no te juzgue también a ti el Día del Juicio. Alma-de-Mi-Pasión, Yo, el Señor, te estoy mostrando los pasos que di para Mi Pasión. Puesto que Me estás sirviendo, debes seguirme. ¿Qué quieres que te diga: “Sígueme, pero no sobre Mis Huellas” ? Eso no puede ser, quienquiera que Me sirva debe seguir Mis Huellas manchadas de Sangre…A través de Mi Dedo es como tú resucitas a los muertos2. Los que no ven aun Mis maravillas, son los que han sido sobrepasados por Mi Reino3. Amiga Mía, Mi pequeña amiga, mira con cuánto Maná Celestial te he estado alimentando. Y Yo, tu Dios, seguiré nutriéndote. Nadie apartará Mi Mano de tu boca. Yo seré tu Fuerza para cumplir Mi Plan a través de tu fragilidad. Os estoy preparando a todos para Mi Reino. Escribe:
El mundo rechaza hoy Nuestros Dos Corazones, el Corazón de vuestra Santa Madre y Mi Sagrado Corazón. Los tiempos en los que estáis viviendo ahora son tiempos de Misericordia. Ya te he explicado4 lo que sucederá cuando se rompa el sexto sello. Y ahora, escúchame y escribe:
Justo después de que Nuestros Dos Corazones hayan cumplido su testimonio5, romperé el séptimo sello y al hacerlo se producirá un imponente silencio6 … En ese silencio, la gente del mundo pensará que ha triunfado sobre Nuestros Dos Corazones, y se alegrarán7 y celebrarán el acontecimiento, porque creerán que se han quitado de encima Nuestros Dos Corazones, que daban testimonio a través de Nuestros portavoces, porque el testimonio que daban se había convertido en una plaga para sus oídos, y una plaga para sus intereses y sus malvadas intenciones.
Luego, se romperá de repente ese silencio con la llegada de Mi Día, y ¡ay de los impuros! Ay de los que no se hayan arrepentido, sus cadáveres cubrirán este desierto, este desierto que ellos mismos prepararon. Mi ángel llenará entonces el incensario, que ha estado sosteniendo frente a Mi Trono y el altar, con un Fuego que arrojará sobre la tierra8, y mientras todo el mundo esté observando, llegará un violento terremoto, y los elementos de la tierra se incendiarán y se desharán en pedazos9. Muchos correrán a las montañas, para esconderse en las cuevas10 y entre las rocas. Me llamarán, pero Yo no escucharé. Me provocarán y blasfemarán de Mi Santo Nombre, y dirán a las montañas y las rocas: “Caed sobre nosotros y escondednos de Aquel que se sienta en el Trono y de la cólera del Cordero”11, porque Mi Día llegará y ¿quién podrá sobrevivirlo? Y los supervivientes caerán de rodillas, presos del pánico, y sólo Me alabarán a Mí, su Dios12 … Entonces los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra13 llegarán sobre vosotros. El reino14 del mundo se convertirá en Mi Reino, y Yo reinaré en cada corazón. El mundo15 del pasado habrá desaparecido. Alma, Mi reinado empezará en vuestros días.