2 de agosto de 1991
(Rodas)
(Para el grupo de oración griego)
Jesús, mi Señor,
bendito sea Tu Nombre.
Que Tu Santo Nombre permanezca Glorioso
por siempre jamás.
Mi Santo Nombre se mantiene y se mantendrá siempre en toda su Gloria.
Que Tu Mano nos guíe hacia la Verdad,
hacia la sola y Única Verdad.
Que nada me aparte de esa Verdad
que Tú Mismo nos has dado.
Tú viniste a Mí vacía y te fuiste llena. Nunca me han impresionado la grandeza ni la fuerza. Yo Mismo he llenado tu boca de Mi Sabiduría para que pudieras aprender y no cayeras en el error. Te he dado Mis instrucciones para que puedas encontrar en ellas tu defensa. Ahora escucha y entiende:
Pon Nuestros Dos Corazones como un Sello en tu corazón
El Sagrado Corazón de tu Madre será tu defensa y Mi Propio Sagrado Corazón tu Hogar. Con esta Señal marcada en tu corazón, los zorros que hacen estragos en Mis Viñedos, que están ahora dando fruto, serán atrapados. Vosotros, pequeños Míos, sois: La Viña de Nuestros Dos Sagrados Corazones1.
Venid, hijitos Míos, y escuchad: ¿Quién de vosotros se deleita en la Vida Eterna?
–Adoradme, pues, en el esplendor de Mi Santidad. Sed constantes en vuestras raciones.
–Satanás será encadenado con el Rosario.
–Sed constantes en vuestras confesiones, hijitos, para que podáis venir a recibirme en la Santa Eucaristía tan a menudo como os sea posible.
–Ayunad a pan y agua dos días a la semana, para reparar y sacrificaros.
–No miréis a la izquierda ni a la derecha, mirad enfrente de vosotros, hacia donde Yo Estoy. Adondequiera que Yo vaya, iréis vosotros, dondequiera que Yo viva, viviréis vosotros.
Éstos, amadísimos Míos, son Mis Principios. Mi Palabra debe tomarse como vuestro alimento diario, es vuestro Pan Celestial, es vuestra Vida. Venid a menudo a Mí para consagraros a Mi Sagrado Corazón, y Yo exhalaré Mi aliento sobre vosotros y os haré Míos para propagar Mi Palabra por los cuatro rincones de la tierra. Y recordad: que vuestros pensamientos sean Mis Pensamientos, vuestros deseos Mis Deseos.
–Imitadme.
Benditos vosotros que no Me veis y sin embargo creéis. Dejo Mi Suspiro de Amor en
uestra frente. Bendecidme y amadme.
Diles, Vassula Mía, cuánto honro Yo la Habitación2 en la que fui concebido.
(Mensaje de Nuestra Madre Bendita para el mismo grupo.)
Hijos benditos, que vuestro corazón sea como un jardín agradable al Señor, un lugar de reposo para vuestro Rey. Permitidle entrar en vuestro corazón para que, aunque lo encuentre árido y desolado, Él lo transforme en un jardín de delicias. Permitidle exhalar Su Aliento en vuestro corazón para revivirlo. Su Aliento es de la más sutil fragancia. Luego, con Su Sangre, como rocío de la mañana, Él lavará vuestras manchas para perfeccionaros, pequeños Míos.
¡Ah… cuánto os amo…! Venid a escuchar a vuestro Dios. Su conversación es la dulzura misma, la compasión en su plenitud. Orad, amadísimos Míos, orad incesantemente. La respuesta a vuestros problemas puede hallarse en una oración constante. Que sea ésta vuestra arma, orad de corazón, dialogad con Dios de esa manera. Satanás huye cada vez que invocáis a Dios con amor. Así que hoy, mañana y siempre, os diré: orad, orad, orad. Mi Amor por vosotros es muy grande, no permitáis que Satanás os tiente para arrancarme de vuestra vista –estad en guardia–. Yo, vuestra Santa Madre, os bendigo a todos.
¿Sí, Jesús mío?
(Jesús me llamaba.)
Vassula, que tus grupos de oración se llamen:
Grupo de Oración de los Dos Sagrados Corazones
puesto que Nuestros Corazones están unidos en el amor y son uno. Yo Estoy a tu lado, el Amor está junto a ti.
(Más tarde, por la noche, pedí a Jesús que me explicara lo que me ocurre cuando estoy viviendo la Pasión.)
Entonces estamos unidos como en un solo cuerpo… Yo te sostengo, me apodero enteramente de ti, puesto que eres Mi propiedad, y capturo tu espíritu. Como una semilla cubierta por la carne de su fruto, Yo te cubro también de un modo semejante. Tu espíritu se incorpora a Mi Espíritu, a Mí, tu Cristo. Ámame, adórame y ora. Yo soy inseparable de ti.
¡Oh, ven, ven! Que tu amor sea un fuego inagotable. Yo Soy un Fuego Inagotable que consume a las almas. Por lo tanto, imitadme a Mí, vuestro Dios. Éste es Mi deseo para todos.
Recibe Mi Paz.