16 de julio de 1991

¿Señor mío?

Yo Soy.

Pequeña, no te desanimes en este exilio. Yo estoy a tu lado para ayudarte a llevar esta carga. Ven a descansar en Mi Sagrado Corazón. Haz de él tu Oasis mientras cruzas este desierto. Yo no te abandonaré, ni te descuidaré. Yo soy tu Esperanza, y tu esfuerzo no es en vano. Queridísima alma, te ofrezco Mi Paciencia, saturada de Mi Amor. Ah, qué no haría Yo por ti…

De la senda que tenías que pisar he hecho para ti un lecho de rosas. No te ocultaré cuánto, Yo, tu Salvador, te amo. Hoy estoy revelando a toda la humanidad Mi Amor Celoso. Os estoy revelando a todos Mi Santo Rostro para recordaros que seáis santos y que viváis santamente. Vosotros Me pertenecéis, creados de la Fuente de Mi Amor Sublime, destinados a tener cimientos eternos en Mí y ser una imagen de Mi Naturaleza Divina. La Muerte nunca fue vuestro destino, pero habéis aceptado los poderes de abajo, generación.

Hija, Yo, el Altísimo, había previsto la traición de Mi Iglesia y los castigos que recibiría Mi Cuerpo. Hoy no os alumbra el sol ni brilla la luna sobre vosotros. Satanás ha cubierto la tierra entera de su humo. Habéis apostatado… Habéis hecho de Mi Sacrificio Perpetuo una burla, una vil imitación, una desastrosa abominación. Estáis ocultando la Verdad con una Mentira. Sois culpables de blasfemia… Mi Santa Presencia en Mi Tabernáculo os incomoda tanto, que habéis inventado vuestra propia ley, expulsándome de Mi Trono1. ¿Habéis pedido Mi consentimiento antes de hacerlo? Pero éstos son los signos de los Tiempos: vuestra gran apostasía y el espíritu de Rebeldía, que es el Anticristo de vuestro tiempo y la abominación de la desolación.

¡Ah, Vassula! Pon en práctica todo lo que Yo te he dado y comparte, hijita Mía, Mi agonía. Todo lo que Yo quiero es amor, fidelidad y misericordia.

(Los labios de Jesús temblaban, tratando de contener Sus Lágrimas.)

Me siento traicionado, como cuando Judas Me traicionó.

Ven, Señor, y descansa en los corazones que Te aman.

Flor, te lo digo: estoy revelando Mi Espíritu Santo a la humanidad, de esta manera, para salvaros y recordaros Mi Palabra. El Espíritu Santo de Verdad es Mi Testigo. El Espíritu Santo no trae nada nuevo, pero os recuerda las verdades fundamentales que Yo Mismo os había dado.


1 Jesús se refiere aquí al nuevo sistema de colocar el Sagrado Tabernáculo a un lado de la iglesia, o incluso en una habitación lateral, con el pretexto de que Jesús esté en un lugar más seguro y más tranquilo.