6 de junio de 1991
Cuando mi espíritu se enfría
y caigo en una especie de letargo, Señor,
y cuando estoy tan poco dispuesta a dialogar Contigo
y a encontrarme Contigo de esta manera especial,
¿me marchito y me seco lentamente, como una hoja,
ante Tus propios Ojos?
Yo te he estado esperando… Te he estado hablando, alma, pero todo lo que oí de ti fue silencio… Préstame tu atención, alma, tengo tanto que decirte para despertar tu interés…
¿Letargo? ¡Entonces, invócame! Yo exhalaré mi aliento sobre ti y el hielo se derretirá.
Señor, hay veces en que la luz que me has dado parece desvanecerse tras un humo oscuro.
Hijita, tu voz puede llegar hasta el Cielo y hasta Mi Trono, así que invócame y, como un relámpago en las nubes, Yo contestaré: “Aquí estamos Nosotros1, escucharemos tu petición.”
Entonces, ven ahora a rescatarme,
llena mi lámpara de aceite,
alienta sobre mí para revivirme,
imprégname de Tu fragancia de mirra,
perfeccióname ante Tu Presencia,
muestra Tu Bondad hacia mí.
No retengas tu pregunta. ¡Habla, hijita!2
Lo que Tú haces conmigo
con tanto Amor, Fidelidad y Misericordia,
¿no vas a hacerlo con cada uno de Tus hijos
que están en la misma necesidad que yo?
¡Bendita seas!3 Yo, Dios, vendré a rescataros a cada uno de vosotros. No permitiré que Mi Iglesia4 languidezca. ¡Generación! Me propongo salvarte… pero no con amenazas o desastres, enojo o censuras. Pienso salvarte, generación, envolviéndote con Mi Amor y Misericordia para cubrir tu desnudez. Te estoy enviando Mi Espíritu Santo con prodigalidad para que tu espíritu, lleno de Mi Espíritu, Me invoque:
“¡Abba!”
Hoy empañan Mis Ojos lágrimas de sangre a causa de la sordera de Mi creación. Un espíritu muy obstinado ha penetrado en Mi Dominio5. Su alma está desfalleciendo en su interior. ¡Contemplo lo que fue en otro tiempo Mi Fiel Ciudad6, y la veo convertirse hoy en la de una ramera!
Señor, ¿no ha comenzado todavía Tu Reino?
Escribe esto: “Dichosos los que están invitados al banquete de bodas del Cordero”7. Mi Reino ya ha comenzado en muchos corazones. Yo he desposado a esas almas, haciéndolas nuevas8, y te lo aseguro: Mi Espíritu de Verdad continuará derramándose sobre toda Mi creación y asediando Ciudad tras Ciudad9, y las obscenidades, las iniquidades y todas las impurezas que se encuentren en ellas, Yo, con Mi Propia Mano, las extirparé. Extirparé todo lo que haya sido plantado por la Locura con el Fuego que enviaré desde el cielo. Hija, el primer cielo y la primera tierra desaparecerán10 y cada uno de vosotros será renovado por el Amor de Mi Espíritu Santo. Yo cambiaré la faz de este mundo.
¿Es esto lo que quieres decir con la renovación de Tu Iglesia, la renovación de nosotros mismos, porque nosotros somos la Iglesia, la Nueva Jerusalén?
Alumna, has dicho bien. Todos vosotros sois Mi Iglesia, Mi Santuario-ciudadela11, Mi Dominio, Mi Ciudad, Mi Propiedad, Mi Jerusalén. Renovaré Ciudad tras Ciudad12 con el Fuego de Mi Amor. Me propongo reuniros desde los cuatro rincones de la tierra para sanaros. Pienso quemar con Mi Fuego la desastrosa abominación13 instalada dentro de Mi Templo14. La desastrosa abominación es: el espíritu de Rebelión que pretende ser Mi igual. Es el espíritu del Mal que se ha entronizado en Mi santuario15, tomando el lugar de Mi Sacrificio Perpetuo, convirtiendo a vuestra generación en una generación sin Dios. Es el espíritu del Racionalismo y del Naturalismo que os ha conducido a la mayoría de vosotros al ateísmo. Éste es el espíritu que os hace creer que sois autosuficientes y que podéis conseguirlo todo por vuestros propios esfuerzos y con vuestra propia fuerza. Esta desastrosa abominación os ha convertido en un árido país de sequía, en un desierto.
Has abolido Mi Sacrificio Perpetuo16 de tu interior porque has perdido tu fe, generación. ¿Cuántos de vosotros tenéis sed de Mí? Muy pocos vienen a beberme y, sin embargo, podéis beberme sin dinero. ¿Quién tiene hambre de Mí? Podéis tenerme gratis, sin ningún costo. Sin embargo, casi nadie tiene hambre de comerme. El mal ha retorcido vuestro entendimiento, fascinando vuestro espíritu para que absorba todo lo que no soy Yo. En vez de absorber Mi Luz, Satanás os ha hecho absorber su oscuridad. En vez de volveros radiantes y hermosos, os habéis empañado, consumiéndoos, y como una rama marchita, ahora estáis a punto de ser cortados y arrojados al fuego para ser quemados.
No tengáis miedo de Mí, Yo soy el Río de la Vida, Yo soy el Camino al Cielo, Yo soy la única Verdad que os lleva a compartir Mi Gloria para la Eternidad.
¡Templo de Dios! Hija Mía, camina Conmigo.