31 de enero de 1991
(Mensaje de nuestra Santa Madre para el 23 de febrero.)
Alabado sea el Señor y paz a todos vosotros. Dios os está llamando a Él. Meditad sobre esto. Dios os ha estado llamando desde que nacisteis. Nacidos para Él, nacidos para amarle, nacidos para complacerle, nacidos para regresar a Él. Responded a Su Llamada. A través de Mis Mensajes, aquí y en otras partes del mundo, he estado tratando de traeros de regreso, con amor, a la Verdadera Vida en Dios, para vuestra salvación.
Pequeños, sí, os llamo pequeños porque el Señor os ha revelado Su Rostro a vosotros y no a los sabios ni a los listos. Comprended también que no fueron la carne ni la sangre las que os han revelado las verdades, la inminencia y la gracia de estos Mensajes de vuestra era para vuestra salvación, y os hicieron creer en ellos, sino el Padre Mismo, por Su Gracia sobre vosotros. Así que, si vuestro prójimo aún no ha sido marcado con el sello del Espíritu Santo de Gracia, orad para que también él reciba esa Gracia para su conversión y entre en el Reino de Dios.
Dios está llamando a todos a Él. Tratad de entender la Llamada de Dios a la Paz. Yo os exhorto a orar por la Paz; tened celo por la Paz. Hijos benditos, dejadme deciros una vez más que necesito vuestras oraciones por la Paz, porque las tomo todas y las ofrezco como un ramo de flores primaverales al Todopoderoso. Vuestras oraciones no son en vano, son una verdadera gloria para Dios, son una prueba de vuestro amor.
Satanás es muy poderoso y su cólera feroz está persiguiendo a todas las primicias del Señor, a aquellos que dan testimonio de Jesús. Jesús, en Sus Mensajes anteriores, os ha dado a entender cómo Satanás está tratando de extinguir la pequeña llama que queda en este mundo y dejaros sin luz, sin felicidad. Está blasfemando sin piedad de todos los Poderes de Dios. Sin vuestras fervientes oraciones por la Paz, la tierra sentirá sin duda el vómito1 de Satanás, derramándose para apagar la poca luz que queda en vosotros.
Me siento apesadumbrada más allá de toda expresión. He orado por todos vosotros y lo haré siempre. Hijos, por favor, meditad sobre Nuestros Mensajes. Vivid Nuestros Mensajes al pie de la letra.
Yo, vuestra Madre Bendita, os bendigo.