21 de septiembre de 1990

Amadísimo Yahveh,
haznos divinos de nuevo,
renuévanos, modélanos
a Tu Imagen Divina,
esa Imagen Santa que hemos perdido.

Vassula Mía, escucharé tus súplicas y, de igual manera que hice llover sobre ti Mis Bendiciones, cubriré esta tierra con vestiduras espléndidas, revistiéndola de gloriosa perfección, y haré que su pueblo se postre en tierra en adoración a Mí. Pero antes debo hacer descender Mi Fuego Purificador sobre esta generación. Debo descender para sacar a los zorros de sus madrigueras, pues hacen estragos en cada nuevo viñedo. Te digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, puedas creer. Como si resucitara un cadáver de la muerte, resucitaré el cuerpo en descomposición de esta tierra en un cuerpo glorioso, transfigurándoos, desde los sacerdotes hasta los laicos, en un pueblo divino.

Hoy le falta fe a tu generación y se niega a creer en Mí, y cada día que pasa, más y más de Mis pastores están siendo atrapados por el mundo y por el señuelo de las riquezas. Esos pastores remedan la Sabiduría, y cuando la Gracia les llega hasta sus mismos pies, la rechazan. No quieren recibir la Gracia a cambio de la gracia.

Hay una división en Mi Iglesia. Como Caín y Abel, hermanos, pero divididos. De una misma sangre, pero diferentes. Abel era competente, pero Caín incompetente. Uno era sincero, el otro no. Uno estaba bien dispuesto y era agradable, el otro mal dispuesto y Me desagradaba. Hoy, los Abeles Míos que ofician en Mi Iglesia están sufriendo… Sufren porque ven que sus propios hermanos Me traicionan. Esta es la plaga que pesa terriblemente sobre Mis pastores y hace que esa hermandad esté rota y dividida. Dichoso el hombre que guarda Mis Mandamientos, pues él sentirá Mi Amor apaciguador. Dichosos los pacificadores cuando obran por la paz, pues serán llamados hijos Míos. Pronto estará con vosotros el Amor, por eso tienen que ser constantes los Abeles Míos que observan Mis Mandamientos y conservan la fe en Mí.

Vassula Mía, te daré el resto1 más tarde. Sé perseverante en tus oraciones, y agradecida. Deleita a tu Padre que está en el Cielo. No temas…Yo estoy contigo. Los Ojos del Amor están sobre ti.

Jesús es Mi Nombre.

¡Aleluya!


1 El resto de cierto pasaje de la Biblia que Él me quería enseñar.