12 de septiembre de 1990

¿Jesús?

Yo soy. La paz esté contigo, flor. Escribe Mi Mensaje para todos los lugares del mundo: La paz esté con vosotros. Hijos de Mi Corazón, sed conscientes de cómo el Cielo se está abriendo todos los días para vosotros, con Mi Gracia, para enviaros llamadas a la conversión… recordatorios de Mi Palabra… instrucciones para enseñaros a seguir Mis Mandamientos.

El Cielo está abriendo Sus Puertas diariamente en varios lugares del mundo para traeros la Paz y el Amor. Y la Sabiduría desciende con toda Su Gloria en un Trono, justo en medio de todos vosotros, para abrir los ojos de los ciegos, para abrir los oídos de los sordos y resucitar a los muertos que cubren este desierto. No, la Sabiduría no se mostrará a un alma calculadora. Vendrá a instruir únicamente al pobre y al sencillo y a derramar sobre ellos todas Sus Obras, porque esas almas saben cómo temerme a Mí, el Señor, y apreciar Mi Palabra. ¿Qué mayor regalo, pues, que traeros la Sabiduría hasta vuestra misma puerta? ¿Qué mayor alegría que Su sonrisa dirigida a vosotros? ¿Qué mayor gozo que oírla cantaros Su Nuevo Cántico de Amor? ¡Alégrate pues, creación! Porque Yo Soy está ante tus mismas puertas…

Esta Alegría había sido reservada para tus tiempos, generación, cuando Satanás y todo su imperio, con su autoridad mundial, están escalando hasta la cima de su poder en Mi Iglesia y en todas las naciones, junto con el falso profeta, cuyos pasos escucháis con más claridad cada día y por todas partes. Están armados hasta los dientes para hacer la guerra contra Mi Iglesia y contra todos aquellos que obedecen Mis Mandamientos.

Amadísimos hijos, he reservado para vuestros tiempos este Maná Celestial dado por Mi Espíritu. Este maná escondido1 lo había reservado para tiempos de desolación e iniquidad. Es el alimento de los pobres y de los que están hambrientos, y os prometo que recibirán todo lo que deseen comer, y a ellos les conferiré Mi Nuevo Nombre. Éste es el Alimento Celestial que estoy derramando desde el Cielo, es la efusión de Mi Espíritu Santo llenando vuestro desierto interior. Es el Amor hablando a un mundo hostil. Es el Amor llamando a cada puerta cerrada. Es el Amor llamando desde el otro lado del Muro que nos separa, levantado por Mis enemigos. Es el Amor suplicando como un mendigo una respuesta de amor… una sonrisa… un pesar… un suspiro… Soy Yo:

el Sagrado Corazón

Vengo una vez más a avivar la llama moribunda en vuestro corazón y convertirla en un Fuego Abrasador de Ternura y de Amor. Desciendo para derramar en abundancia todos los Tesoros de Mi Corazón sobre ti, humanidad… e iluminar a los que viven en tinieblas y en la sombra de la muerte.

Vengo a hacer añicos las puertas de vuestras mazmorras y fundir con Mi Llama las cadenas del pecado.

Vengo a liberaros de vuestro cautiverio y de vuestra iniquidad y poner fin a vuestro libertinaje. Me propongo salvarte, generación, aunque tenga que arrastrarte hasta el desierto para hablarte, mostrándote tu aridez y cómo tu cuerpo entero está lleno de tinieblas. Lo haré para salvarte. ¡Ah, creación! Qué no haré Yo por ti… Mi Espíritu está sobre ti y descansará en ti para siempre jamás. Por tanto, abrid vuestros corazones y dejadme llenaros de Mi Gracia.

Venid a extraer fuerza de Mí. Fortaleced vuestras raíces en Mí, porque ¿qué haréis en el día de la tribulación si vuestras raíces son frágiles? Os sacudirá el viento y os arrancará la violencia de la tormenta, y vuestras ramas se partirán como cristal endeble. No, seréis incapaces de sobrevivir. Venid a Mí, pues, y prosperad con Mis Riquezas para no languidecer. Venid a Mí tal como sois. No esperéis a ser santos para venir a Mí. Venid a Mí tal como sois y Yo perdonaré vuestros pecados y purificaré vuestra alma.

Luego, en atención a Mi Santo Nombre, os revestiré de Mi Divinidad para prepararos a nuestras Nupcias espirituales. Yo, el Señor, tengo intención de desposarte en Mi Gloria, y hacerte completamente Mía, generación. Me propongo hacerte encontrar el Camino y guiar tus pasos lejos de las sendas tortuosas. Yo te prepararé para que seas Mía para siempre y por toda la eternidad.

Hoy me estoy inclinando desde el Cielo hasta vosotros por Amor y Misericordia. Pero, al mismo tiempo, Mi Alma está triste y en indecible aflicción por encontrar a Mis corderos y a Mis ovejas, unos dispersos, otros perdidos y otros devorados por lobos escondidos bajo pieles de cordero. Así que no os sorprenda Mi visita, pues cada día que pasa Me veréis más y más, hasta que os encontréis cara a cara Conmigo.

Vendré como una llamarada de fuego para barrer a todos los que no Me reconocen como su Dios, y Yo os digo: el tiempo apremia, las horas vuelan y pronto os llegará el Día de Mi Gloria. No seáis uno de ésos que dicen: “Y bien, ¿dónde está esa Venida?” “¿Dónde está esa Promesa?”. Mi Venida está próxima y Mi Promesa está en camino de cumplirse, y vuestra espera se acortará en atención a las plegarias de Mi Madre, unidas a las de todos Mis santos. Por lo tanto, amadísimos Míos, mientras esperáis, reconciliaos y vivid santamente, para que Yo os encuentre en paz.

Volveré muy pronto, ahora como Amor. Todo llega a su fin y todos tendréis que responderme un día y rendirme cuentas. Así pues, ¿qué le ocurrirá al malvado y al pecador? ¿Y qué les ocurrirá a los que continúen ofendiéndome? Yo soy Fiel y Veraz y Mi Promesa se cumplirá. No me demoraré.

Cuanto más oigáis los pasos del falso profeta y de su clan, sobre la superficie de la tierra, tanto más os haré oír Mis Propios Pasos, para limpiar con Mi Sangre los rastros de veneno que éstos dejan a su paso como cebo para vosotros. Ese Rebelde y su clan están prosperando en este momento, ocultos bajo ropajes de Sumo Sacerdote, disimulados como corderos, encubiertos bajo la apariencia de la Verdad para engañar a muchos y llevarlos a todos a la muerte.

Ahora no estoy hablando en parábolas sino con palabras directas. Han llegado los Tiempos, aquellos Tiempos anunciados en las Escrituras, cuando Mis enemigos Me conferirán un título que no Me pertenece y que no soy Yo: un falso Cristo, una imagen sin vida, un falso dios, un ídolo, sutilmente escondido bajo un falso ecumenismo: la Hoja de la Lanza que está clavada en lo más hondo de Mi Sagrado Corazón y causa tanta sangre… A punta de espada os forzarán a comer su alimento polucionado: una porción de Racionalismo un día, una porción de Naturalismo otro día, y así sucesivamente, remedando la Verdad, Mi Palabra, la Sabiduría y el lenguaje de Mi Cruz. Pero caerá fuego desde el Cielo sobre ellos y consumirá al Rebelde y a su clan. Esto es cierto y se hará realidad.

Os digo todo esto, amadísimos Míos, para preveniros contra esos falsos maestros y esas doctrinas humanas, y para deciros que en los días venideros de tribulaciones, Mi Sagrado Corazón, que está en Llamas, continuará buscándoos con afán. Como un mendigo esperando limosna, Yo también estaré esperando ganar vuestro corazón antes de que os sobrevenga la oscuridad.

Os bendigo a cada uno, dejando Mi Suspiro de Amor sellado en vuestra frente. Yo, Jesucristo, Hijo Bienamado de Dios y Salvador, os dejo con Mi Paz de todo corazón. Os amo Infinitamente. Sed uno.


1 Véase Ap 2: Pérgamo, v.17.