4 de marzo de 1987

Como sé que soy tan desleal, tengo miedo de que un día te pueda abandonar por debilidad. La idea me horroriza. No sé cómo podría llegar a ocurrir, pero no quiero que ocurra, ni tampoco que Tú me dejes.

Vassula, Yo, Yahveh, te amo. ¿Te he abandonado alguna vez? Tenemos lazos comunes y, puesto que estamos unidos el uno al otro, tú serás incapaz de abandonarme. ¿Lo ves? Me he cuidado de nuestra unión. Estaremos unidos hasta el fin, tú necesitándome y amándome fervientemente, y Yo reinando libre sobre ti y amándote sin reservas, con el deseo constante de liberarte para Mí.

Dios mío, ¿has dicho eso?

Lo he dicho. ¿Me vas a hacer tu pregunta?

No me atrevo.

¿Por qué? No tengas miedo de Mí.

¡Por favor, Dios mío!

(Sabía que Él conocía mi pregunta, pero yo no quería escribirla.)

Ven, aprendamos. Yo soy el Todopoderoso y sé lo que es mejor para tu alma. Si uno de vosotros Me hace una pregunta o Me pide un favor, Yo le responderé. Mi respuesta será la mejor para el alimento de esa alma. Es como si Yo escogiese, entre todos los frutos, el fruto ideal que podría dar el mejor resultado para ella.

¿Has oído cuántas veces puedo perdonar?

Sí, Señor, pero algunos libros dicen que, aunque Tú no quieras responderles –por la vía sobrenatural–, lo haces de todos modos, pero, como te desagrada hacerlo, Te enojas…

Yo, Yahveh, os digo esto: “Mi manera de pensar no es vuestra manera de pensar y Mis caminos no son vuestros caminos”1. Vassula, Yo soy para vosotros un Dios Muy Misericordioso, un Padre Santo Amoroso. Conozco vuestras necesidades y vuestras flaquezas. Mi amor por todos vosotros es un amor celoso. Venid, venid junto a Mí. Yo, Yahveh, aprovecho todas las oportunidaes de llegar a vosotros.

Padre mío, cuando estoy Contigo me siento tan amada por Ti y mi amor por Ti no hace más que crecer… Sin embargo, tengo miedo de fallarte, puesto que estoy llena de pecados.

Vassula, ¿no sé Yo todo eso? Tú eres una pizca de polvo y, si Yo soplara sobre ti, desaparecerías. Yo sé lo frágil que eres, pues, a fin de cuentas, no eres más que una sombra pasajera sobre la tierra. Pero, a pesar de tu nada y tu miseria, Mis ojos nunca se apartan de ti. Contemplo tus flaquezas con Compasión y Amor. No temas, porque Yo te fortaleceré. Tomo tus pecados y te doy Mi perdón. Vassula, no hagas más por hoy. Te llamaré mañana. Recibe Mi Paz.


1 Dando a entender que esa teoría es errónea.