8 de noviembre de 1989

Vassula Mía, apóyate en Mí, compláceme y renueva tu voto de fidelidad.

Yo renuevo mi voto de fidelidad a Ti,
Salvador y Señor mío.
Ayúdame a guardarlo, ayúdame a serte fiel.
Señor, has hecho grandes cosas por mí.
Has levantado mi alma hasta Ti
y me permites vivir bajo Tu Luz.
Has cubierto mi desnudez
con Tus Majestuosos Dones.
Me has renovado, me has resucitado
como resucitaste a Lázaro.
Me has liberado, y yo Te amo y Te adoro.

Amada de Mi Corazón, apóyate en Mí. Yo y tú, tú y Yo, juntos, compartiremos Mi Cruz de Paz y Amor. ¡Ah Vassula, tú eres ahora Mía, estás liberada y viva! Escucha y escribe:

Ahora extenderé aún más Mis Viñas, ya que esta generación es tan poco espiritual, tan incapaz de distinguir su mano derecha de la izquierda. Puesto que estáis cegados y vivís en la oscuridad, Yo vengo de este modo para visitaros a todos. Pronto volveré y nadie podrá detenerme. Aunque los que viven bajo el poder de la bestia sean enviados como holocausto a pisotear Mis Viñas, con Mi Poder, seguiré extendiendo aún más esas Viñas. Esta es una Santa Batalla entre los Santos y los ángeles caídos del Abismo. De hecho, la tierra siente el peso de esta Batalla. Nadie Me impedirá alimentar a Mis corderos.

Yo no soy sólo palabras. Yo, el Señor, soy el Poder. No vengo a vuestra generación con amenazas, vengo a pedir vuestra conversión. Vengo a resplandecer sobre vosotros. Desciendo a vosotros lleno de Misericordia y con Gran Amor. Vengo a traeros de vuelta a Mí. Yo, el Señor, soy un Dios de Amor y Misericordia. No seáis lentos en comprender que soy Yo, el Señor, quien transformará vuestras tierras áridas en viñedos.

Ya falta poco tiempo, muy poco tiempo, y Aquel que esperáis que llegue habrá llegado. No tardaré, Mi Hora es inminente. Os hice la Promesa de Mi Retorno no hace mucho, y os digo a todos, muy solemnemente, que estoy en el camino de regreso a vosotros. El Amor está regresando, el Amor volverá a vosotros como Amor. Yo, el Señor, Soy Amor y habitaré entre vosotros. Tratad de comprender, tratad de percibir los Tiempos.

Os digo muy solemnemente que, a menos que os arrepintáis, ayunéis y oréis incesantemente, seréis incapaces de ver Mi Luz. Comed Mis Frutos mientras aún hay tiempo. Convertíos y vivid santamente. No ceséis nunca de orar. Mi Espíritu Santo continuará derramándose sobre la humanidad. Leed los signos de los Tiempos. Yo estoy Presente en todo Momento.

Ven, hija, el Amor te ama Infinitamente.