1 de junio de 1989

(Fiesta del Sagrado Corazón.)

¿Sagrado Corazón de Jesús?

Yo soy. Hoy, Mi Sagrado Corazón está llamando a todas las naciones a escuchar Mi Voz: Yo soy el Amor, Yo soy la Paz, Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. No hay otro Refugio para la salvación de vuestra alma que el de Mi Sagrado Corazón. Hija, escribe Conmigo la oración que te dicté el año pasado.

“Oh, Sagrado Corazón de Jesús,
enséñame Tus Caminos.
Sagrado Corazón de Jesús,
condúceme por el Camino de la Integridad,
mantenme alejada del maligno
y no me abandones a su voluntad.
Sagrado Corazón de Jesús,
sé mi Roca Protectora
porque Tú eres mi Refugio.
Haz que Tu Amor y Tu Paz
me guíen y me guarden.
Amén.”

Sagrado Corazón de Jesús,
Tú derramas sobre nosotros una lluvia de bendiciones.
Sagrado Corazón de Jesús,
Tú brindas a los desamparados una Morada permanente.
Tu familia ha encontrado un Hogar.
Bendito sea nuestro Señor, que nos salva día tras día,
y nos conduce uno tras otro, a Su Sagrado Corazón.
Bendito sea Nuestro Señor, que lleva nuestras cargas
y comparte nuestros sufrimientos.

¿Señor?

Yo soy. Siente Mi Presencia. Recógete y óyeme.

(Mensaje para la reunión de oración.)

La paz esté con todos vosotros.

Yo soy el Señor, vuestro Salvador y Aquel que busca vuestro corazón. Yo soy Aquel que permanece incansable ante cada puerta, llamando. Yo soy Aquel que busca con afán al pecador y desconcierta al sabio. Yo soy Aquel que acrecienta Sus bendiciones y os prepara suavemente a entrar en Su Nueva Jerusalén1. Yo soy la Santísima Trinidad, toda en Uno y lo Mismo que, con Mi Plan de Salvación, os está preparando a todos para uniros en un solo y santo redil. Yo soy Aquel que impide el desarrollo los grandes árboles y permite crecer a los pequeños.

No temáis, amadísimos, porque en este desierto Yo sembraré nuevas semillas de Amor y de Paz. Haré revivir Mi jardín para que los impíos y malvados vean y sepan que Mi Mano Divina está sobre todos vosotros. Los corazones de piedra comprenderán Mi Ilimitada Misericordia, y que Yo, el Santísimo, estoy en medio de vosotros. Estoy agarrando vuestra mano derecha: sentid Mi Presencia. Yo no os abandonaré, por tanto, no temáis.

Sí, os agarraré de la mano a cada uno y os formaré para que seáis llamados hijos de la Luz y sirváis a la causa del bien. Yo, el Señor, he dicho desde el comienzo que os quiero santos como Yo soy Santo.

Puesto que Yo soy vuestro Dios y vosotros Mi pueblo, tendréis que seguir Mi Ley. Mi Ley es una Ley de Amor. Aprended a amarme, aprended a adorarme. Yo voy en busca de vuestro corazón. No escuchéis al mundo, escuchad Mi grito de Amor, escuchad los latidos de Mi Corazón. Cada latido es una llamada para un alma.

Venid a Mí, a Mis Brazos abiertos. Arrojaos en Mi abrazo y sentid el Amor que os tengo. ¡Sentid la Misericordia que tengo con todos vosotros! Volved a Mí y Yo os sanaré. Atesorad y grabad Mis Palabras en vuestro corazón. No dejéis que Mis Palabras se las lleve el viento.

Venid y fijad vuestros ojos en Mí y no dejéis que nadie los aparte de Mí. Tomad conciencia de las Gracias que os estoy ofreciendo cuando Yo, el Señor…

¡Flor, vence tu apatía!

Señor Jesús, ¡ayúdame a salir de ella!

Agrádame y escúchame.

Ayúdame a escucharte, mi Señor…

2…estoy presente. Os pido solemnemente a todos que confeséis vuestras culpas y tengáis deseo de Mí. Mi Espíritu de Gracia se derrama sobre todos vosotros para sacaros de ese espíritu de letargo que pesa fuertemente sobre vosotros y para reviviros antes de que empecéis a descomponeros. Así que abrid vuestros oídos y escuchadme. Yo sé que la mayor parte de vosotros estáis ahora muertos, aunque creáis que estáis vivos, pero eso es debido a vuestra resistencia a abandonaros enteramente a Mí.

Confiad en Mí y no os resistáis a Mí. Abandonaos a Mí, rendíos, rendíos, permitidme a Mí, vuestro Dios Amantísimo, ser el Captor de vuestro pequeño corazón. No temáis, Yo soy Amor y el Amor desea embellecer vuestro corazón. Estad, pues, atentos a Mis Palabras. Puede que os parezcan sencillas, pero Yo soy un Dios de Sencillez. Yo soy Manso y Humilde.

Sé que muchos de vosotros no dejáis de pensar que Me repito constantemente, ¡pero es porque al parecer Mis Palabras no os penetran en absoluto! Si Me repito, es debido a vuestro letargo, debido a vuestra sordera. Es porque muchos de vosotros no ponéis en práctica Mis Palabras.

Vengo con Mi Corazón en la Mano para ofrecéroslo. Vengo a ofreceros Mi Paz y Mi Amor. Vengo a uniros a todos de nuevo en un solo Redil. Vengo a resucitar esta era muerta y convertirla en una era viva. Venid a alabarme a Mí, vuestro Señor, que Me inclino hasta vosotros desde Mi Trono Celestial para atraeros a Mí y resucitaros. Alabadme todos los que habéis estado esperando que Mi Espíritu de Gracia descienda sobre vosotros. Id a proclamar Mi Rectitud a todas las naciones y haced que Mi Mensaje alcance los confines de la tierra. Que oigan Mis Gritos de Amor. Estad ahora gozosos y contentos todos los que tenéis sed de Mí, porque Yo os colmaré. Enjugad vuestras lágrimas todos los que estáis oprimidos día y noche, porque Yo estoy aquí para consolaros y protegeros.

Mi Sagrado Corazón os llama a todos a venir a Mí con santidad. Apoyaos en Mí y Yo os guiaré hasta Mi Tabernáculo, en donde os espero día y noche. Yo Me ofrezco a vosotros cada día. Venid, venid a recibirme con santidad y pureza. No Me ofendáis. Sed puros y santos cuando Me recibís, recogeos y reconoced Mi Presencia Viva en la pequeña Hostia blanca. Que Yo sienta vuestra santidad y vuestra pureza. ¡Oh si tan sólo supierais la Gracia que os ofrezco!

Venid, complacedme meditando Mi Mensaje, complacedme viviendo Mi Mensaje, complacedme cambiando vuestras vidas. Dichoso el hombre que medita lo que Yo le estoy ofreciendo hoy, analiza su corazón y examina su alma, porque Yo lo levantaré. Dichosos Mis sacerdotes, obispos y cardenales que vienen a Mí como el publicano3, admitiendo su culpa, porque en esos corazones Mi Palabra echará raíces y prosperará. Yo entonces retiraré el velo de sus ojos para que puedan ver y comprender de corazón que todo lo que Yo necesito es Amor, Amor y Adoración.

Pero ¡ay! ¡Tantos de esos ministros han sucumbido a la seducción de Satanás! ¿Cómo puedo soportar sus formalidades y su falsa humildad cuando falta el amor en su interior? ¿Quién queda entre ellos que Me adore? ¿Cuál de todos ellos será el primero en dar ejemplo a Mis hijos y venir con el corazón lleno de amor hacia Mí, a postrarse ante Mi Santa Presencia y adorarme en silencio?

Todo lo que Yo pido, amadísimos, es amor con santidad. Yo voy en busca de vuestro corazón. Venid a ofrecerme vuestro corazón y Yo lo impregnaré de Mi Amor para que vosotros, a vuestra vez, llenéis también los corazones de Mis hijos. Yo soy el Santísimo que os hace esta simple pregunta: ¿Dónde está el rebaño que os fue confiado un día, el rebaño que constituía vuestro orgullo?4 Purificaos, arrepentíos y obedeced al Vicario de Mi Iglesia, Juan Pablo II, que nunca os falla a pesar de que vosotros lo margináis e ignoráis. Todos los que todavía os burláis de él, cargáis un gran peso sobre Mi Sagrado Corazón… Traicionado, Yo Soy, y además por los Míos… ¿Por cuánto tiempo aún seguiréis siendo un oasis engañoso para Mi rebaño? ¿Un espejismo en este desierto sin fin?

Hermanos, todo lo que Yo pido de vosotros es Amor. Venid a adorarme, no perdáis tiempo en buscarme donde no existo. Sed el ejemplo de Mi rebaño. El Amor os espera, venid a adorarme. Venid a adorarme a Mí, vuestro Dios y vuestro Rey. Volved a Mí, hermanos Míos, y Yo, vuestro Jesús, con Mi Sagrado Corazón palpitante de amor eterno, Me apiadaré de vosotros y dejaré a un lado vuestros pecados, sin recordaros jamás ni uno solo.

Buscadme mientras aún se Me puede encontrar en Mi Misericordia5 y Yo vendré a abrir los ojos de los ciegos y los oídos de aquellos que hice sordos. Os permitiré ver Mi Luz y escuchar y entender Mi Palabra, a fin de que podáis convertiros y ser capaces de alabarme, exaltarme y glorificarme a Mí, vuestro Dios, desde lo más profundo de vuestro corazón.

Yo, el Señor, pongo Mi Mano sobre vuestra cabeza y os bendigo. Sed uno.

Te bendigo, hijita Mía, ven a escuchar a Mi Madre.

Flor, siente Mi Presencia. Te quiero. Recuerda que Yo te defenderé como una leona defiende a sus cachorros. Bendita seas. Escucha Mi Mensaje:

Hijitos Míos, no os resistáis a las Llamadas de Dios. Entregaos, apoyaos en Él y dejad que Él haga capitular vuestro corazón. Escuchadle y haced lo que Él os diga. Yo soy vuestra Santa Madre que os recuerda a todos que la Palabra del Señor es Vida, la Palabra de Dios es Luz. Muchos de vosotros oís Su Súplica de Amor, sin embargo, en cuanto dejáis este local, el mundo os atrae de nuevo hacia él, y así Su Súplica de Amor cae en el olvido.

Os he pedido en Mi último Mensaje que meditarais y examinarais vuestra conciencia. Hoy os pregunto: ¿Por qué tantos de vosotros que han oído Mi Mensaje vienen hoy para escuchar un nuevo Mensaje, cuando el anterior no ha sido ni meditado ni releído?

Mi Inmaculado Corazón os ama a todos, queridos hijos, y por eso os pido hoy que releáis Mi Mensaje anterior y lo pongáis en práctica. Yo os amo a todos. No olvidéis nunca que Mi Inmaculado Corazón es el bálsamo de vuestras penas.

Os bendigo a todos, en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

(Los pasajes de las Escrituras que debían leerse en esa reunión eran: 1Tm 4, 1-16; 1Tm 6, 20-21; 2Tm 2, 14-26; 2Tm 3, 1-17.)


1 Es decir, en nuestro nuevo estado después de haber sido purificados.
2 Jesús retoma el dictado donde lo interrumpió.
3 Lc 18,9-14.
4 Jr 13,20.
5 Antes de que llegue Su Justicia.