15 de octubre de 1988

¿Señor?

Yo soy.

Desde toda la eternidad no Me he encontrado jamás con una debilidad como la tuya. Es pasmosa…1 Hijita, Me necesitas. Tu debilidad Me atrae, a Mí, que soy la Fuerza Infinita. Tu debilidad Me arrebata; la debilidad Me ha atraído siempre como un imán.

Escucha los latidos de Mi Corazón. Soy Jesús, y Mi Sagrado Corazón es tu Hogar. Hija Mía, cada latido de Mi Corazón es un canto de amor a ti. He soltado tus cadenas de esclavitud de este mundo. Permanece ahora desprendida como Yo lo he deseado desde toda la eternidad. Quiero este desprendimiento en cada alma. Piensa quién hubiera podido hacer esto sino Yo, tu Salvador. Yo soy el que te ha redimido de la esclavitud del pecado, y por eso los demonios están agresivos contigo. Has sentido cerca su presencia, esta semana. Conságrate a Mí, porque tu devoción y tu fidelidad agradan a Mi Sagrado Corazón, este Corazón sediento de amor y de fidelidad.

Sube hasta Nosotros, a esa gruta2. Invócanos allí.

Sí, Jesús. Sí, Santa Madre.

Vassula de Mi Sagrado Corazón, siéntete amada por Mí, siéntete amada por tu Santa Madre. Permíteme servirme aún de ti por muy corto tiempo. ¿Nosotros?

Sí, Señor. ¿Señor?

Yo soy.

Este amor que Te tengo y el ferviente deseo de sentirte y querer que estés constantemente conmigo, cada vez más sedienta de Ti, pensando sólo en Ti día y noche, en una palabra, vivir para Ti, queriendo a menudo verte con mis propios ojos, ¿son estos sentimientos de deseo de “verte” semejantes a los de las almas del Purgatorio, que no están todavía Contigo?

Son muy cercanos a lo que ellas sienten, aunque los de ellas son sentimientos más profundos y más definidos.

¡Entonces debe ser realmente terrible!

Sí, sufren mucho. Si nunca Me desearon mientras estaban en la tierra, entonces aprenden a desearme en el Purgatorio. Allí no ven Mi Rostro y arden en deseos de verlo.

Sí, mi Señor. Gracias, Señor.


1 Esto era por mi horrible ola de dudas otra vez. Donde hay puntos suspensivos, había dejado a Dios sin palabras
2 Una gruta sobre la Ermita de Longeborgne, Suiza.