29 de septiembre de 1988

(Fiesta de los Arcángeles S. Miguel, S. Gabriel y S. Rafael)

(Recé a San Miguel.)

(San Miguel:)

Gloria al Altísimo, porque Él te ha resucitado de entre los muertos. Debes estar siempre en guardia contra Satanás. Recógete delante del Señor. Invócame.

¿La oración-exorcismo a San Miguel?

Sí. Si la Creación de Dios supiera cómo combate el mal esa oración, la recitarían diariamente. Permanece siempre dispuesta para la palabra del Señor. El Eterno te ama. ¡Alábale!

¡Ah, San Miguel! Gracias por custodiarnos y combatir por nosotros.

¿Mi Señor?

Yo soy. Recuerda: tu entorno es un desierto. Vassula, arrepiéntete y confiésame tus pecados. Te escucho1. Te perdono plenamente. Perdono los pecados que manchaban tu alma. Recibe Mi Paz. Quiero recalcar esto a toda Mi creación:

Os he dado a todos Mi Ley, y esta Ley ha de ser obedecida por todos vosotros. Os he dado maestros que ejercen su ministerio en Mi Iglesia. Están ahí para guiaros y enseñaros a todos cuán importante es Recibirme en la Sagrada Comunión. Recibid Mi Sangre y Mi Cuerpo. Mi Sangre no fue derramada a raudales para nada. Mi Sangre se ha vertido para que la bebáis. Esos ministros no deberían privaros de Mi Sangre. Mi Sangre fue derramada para vuestra Salvación. Tenéis que beber también Mi Sangre.

Venid, pues, a beberme y tendréis sed de más. Obedeced las palabras que Yo dije en Mi Ultima Cena. Y cuando vengáis a Mí, aseguraos antes de cómo vais a recibirme. Examinaos, recogeos, honradme plenamente, arrepintiéndoos y confesándoos a menudo. Os he dado confesores. Cuando os confesáis con ellos, amadísimos Míos, os estáis confesando únicamente Conmigo. Es Conmigo con quien os confesáis. No tratéis la Sangre de la Alianza, como si no fuera Santa. Recordad Mi Santa Presencia. ¿Nosotros?

Sí, Señor.

¿Nosotros?

Sí, Santa Madre.

(Más tarde:)

¿Vassula?

¿San Miguel?

Sí, soy yo. Quería que conmemoraras Mi día de fiesta, así como la de San Gabriel y San Rafael, con esta nueva oración de exorcismo. Imprime y propaga estas oraciones. Tu época las necesita desesperadamente. Estoy obedeciendo la voluntad del Altísimo. Gloria a Dios.

Gloria a Dios. Bendito sea nuestro Señor.

Hijita Mía, soy Yo, el Señor. ¡Permanece siempre alerta cuando reces estas oraciones! Yo, el Señor, te amo por escucharme. No dudes jamás. Yo alimentaré tu alma. Ven, sé uno Conmigo.

Nosotros.

Para siempre…

…jamás.

Amén.

Nosotros.

Para siempre…

Jamás. Amén.

Santa María, yo Te bendigo.


1 Confesé mis pecados a Dios.