17 de marzo de 1993

La paz esté contigo.

Hijita Mía, debes enseñar a Mis hijos todo lo que Yo te he comunicado. No tengas miedo, porque Yo estoy delante de ti y soy tu Escudo. Nadie se interpondrá jamás entre tú y Yo, por mucho que el maligno lo intente. Aunque Satanás movilice a gente para obstaculizarte, y aunque les haga unir fuerzas contra ti, jamás tengas miedo. Yo soy el Todopoderoso, y Mis Ojos son testigos de la injusticia que se te hace. Amadísima, Yo te imbuiré de Mi Fuerza y daré pan en abundancia a todos Mis hijos.

Haré que tu celo por Mi Casa devore a Mis enemigos. Haré que seas una amenaza para ellos. Por tanto, jamás tengas miedo, pues Yo Soy está delante de ti. Mis bendiciones están sobre ti, y cada fibra de tu corazón será recubierta de Valor, Fortaleza y Paz. De este modo expiarás del modo más perfecto por la salvación de las almas y la renovación de Mi Casa.

Levanta tu voz sin miedo y profetiza. ¡Profetiza, hijita Mía, para suprimir la maldad de tantos corazones! Que aquellos que tienen oídos oigan lo que dice hoy el Espíritu a las Iglesias. Que vengan todos los que tengan sed. Escribe y di esto a Mis almas sacerdotales: “La rebelión ya está actuando hoy, si bien en secreto, pero primero tiene que ser apartado aquel que la impide, antes de que el Rebelde aparezca abiertamente.1” Yo os digo: amad a Mi Iglesia como Yo la amo, y así como Yo Me sacrifiqué por Ella para hacerla totalmente santa, vosotros también, Mis sacerdotes, sacrificaos por Ella, imitadme a Mí.

Os digo todo esto porque sé que las Ovejas que Me pertenecen escucharán Mi Voz, y nunca Me fallarán. Me dirijo a vosotros hoy para deciros, desde lo hondo de Mi Corazón, las mismas palabras amargas que pronuncié en Mi Última Cena, en medio de Mis discípulos: “Alguien que comparte Mi Mesa se rebela contra Mí. Os digo esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda podáis creer que Yo Soy Quien os está hablando hoy”.

Hijitos Míos, que no se inquieten vuestros corazones. Confiad en Mí y no temáis. Pronto enviará el Padre un Bautismo de Fuego, para quemar los crímenes de este mundo. Llegará la hora en que hombres poderosos penetrarán en Mi Santuario, hombres que no proceden de Mí. De hecho, esa hora ha llegado ya.

Yo, Jesucristo, deseo avisar a Mis sacerdotes, obispos y cardenales. Quiero avisar a toda Mi Casa de una gran tribulación. Mi Iglesia se está acercando a una gran tribulación. Acordaos de que Yo os he escogido, por Mi Espíritu santificante, para que Me glorifiquéis. Os he escogido desde el principio para que seáis los robustos pilares de Mi Iglesia y para que viváis, por medio de la fe, en la Verdad. Yo os he elegido para que participéis de Mi Gloria y para que apacentéis Mis corderos.

Os digo solemnemente que pronto seréis probados por el fuego. Orad y ayunad para no ser puestos a prueba. Manteneos firmes, y guardad las tradiciones que se os enseñaron. Obedeced a Mi Papa2, suceda lo que suceda. Permanecedle fieles, y Yo os daré las gracias y la fuerza que necesitéis. Os exhorto a que permanezcáis fieles a él, y os alejéis de quienquiera que se rebele contra él. Sobre todo, no escuchéis jamás a nadie que le rechace. No permitáis nunca que vuestro amor por él se vuelva insincero.

Pronto os enfrentaréis a una prueba como nunca habéis experimentado antes. Mis enemigos intentarán compraros con insidiosas palabras. El maligno ya está manos a la obra, y la Destrucción no está lejos de vosotros. El Papa3 tendrá que sufrir mucho. Ésta es la razón por la que seréis todos perseguidos, por proclamar la Verdad y por ser obedientes a Mi Papa. Por esa misma razón, os odiarán, porque sus acciones son malignas, y todo aquel que trabaja para el mal odia la Luz y la evita, por temor de que sus actos de Destrucción puedan ser descubiertos.

Os digo solemnemente que cada fibra de Mi Corazón está lacerada. Si alguien se os presenta aportando una doctrina diferente de la que Yo Mismo he instituido, no le escuchéis. Esa gente viene de parte del Embaucador. Yo he establecido Mi fundación sobre Pedro, la roca… y las puertas del infierno nunca prevalecerán contra ella… Si alguno se os presenta y os dice: “Abandona tu fidelidad a este Papa en favor de otro movimiento sólido”, ¡no os mováis! ¡Cuidado! La levadura del Embaucador puede ser poderosa, y podría resultar sabrosa, ¡pero, en realidad, es un engaño mortal! No dejéis que nadie os engañe. Resistid las tácticas del diablo, porque hoy, sacerdotes Míos, debéis vencer el mal con la fuerza que recibís de Mí, que soy la Verdad. Vais a encontraros en una guerra espiritual nunca vista, contra un ejército que procede de los poderes de las Tinieblas.

Orad todo el tiempo, amadísimos Míos. Yo Soy está con vosotros. Os amo a todos. Nadie puede tener un amor más grande que el que da su vida por sus amigos, como lo he hecho Yo. Vosotros sois Mis amigos. Sed sinceros unos con otros. Amaos unos a otros y manteneos firmes, sin temor, cuando la gran Tribulación, que ahora se cierne como negra nube sobre Mi Casa, la cubra como un velo negro. Os he dicho todo esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda podáis creer.


1 2Ts 2,7.
2 Juan Pablo II.
3 Juan Pablo II.