8 de enero de 1988
(Mi deseo y mi nostalgia de Dios eran inmensos.)
Hónrame, deseándome, Vassula. El aislamiento te desarrollará místicamente, acercándote más a Mí. Te permitirá penetrar aún más profundamente en Mis Llagas, bienamada. En el segundo acontecimiento, te proveeré de todo lo que falta a tu alma, intensificando Mis Obras en ti. No lo dudes, te elevaré hacia Mí. He elegido para ti este camino que conduce a todas Mis almas bienamadas a Mi Pasión, transformándolas en vivas imágenes de Mí.
Ahora ven, te recordaré Mí Presencia, ya que eres incapaz de hacerlo. ¿Sí?
Iba a decir que sé que soy incapaz. No tengo nada bueno, dependo enteramente de Ti, Señor, para que me des, por Tu Misericordia infinita, todo lo que me falta.
Sí. Comprende que todo lo bueno viene de Mí. Ven. ¿Nosotros?
Sí, Señor.