2 de diciembre de 1987
El Mensaje de Garabandal es auténtico y tiene que ser difundido y honrado. Santificad Garabandal. ¿No podéis ver ni comprender que vuestros errores se están repitiendo? Estáis repitiendo vuestros errores de Fátima.
¡Oh creación! ¿Cuándo creerás en Mí? “Ie emphanises itan”1.
Dios mío, verte y sentirte con tal tristeza es terrible.
Vassula, consuélame.
Oh, ven, Señor, Te quiero consolar. Quisiera que todas las almas lo supieran para que Te consolaran, y así recibirías consuelo de muchos.
Si Me aman, Me consuelan.
Ven, te recordaré que Yo, Jesús, estaré en el medio, entre Caín y Mi Abel. Caín se enfrentará Conmigo esta vez, en vez de con su hermano. Si levanta la mano para asestar el golpe, tendrá que asestármelo a Mí. Será despojado y se encontrará desnudo frente a Mí, su Dios.
Mi Abel, Mi muy querido Abel2, esta vez vivirás. Tu sangre, que es Mi sangre, no será derramada y Mi fragancia embellecerá Mi jardín, ese mismo jardín en el que fue derramada la sangre de Mi Abel. Ven, flor, te recordaré Mi Presencia. Permanece alerta.