1 de diciembre de 1987

Te he elegido para mostrar al mundo cuán Misericordioso soy. Si no hubiera venido a buscarte adonde se encuentran todavía la mayoría de Mis hijos, aún estarías hoy donde están los demás. Vengo por Mi infinita Misericordia para avisarte, también para atraerte a Mí y recordarte tus fundamentos.

(Empiezo a comprender que este Mensaje para la Paz y el Amor entre toda la creación de Dios, y para la unión de la Iglesia, va a ser una de las últimas tentativas de Dios, antes de que Su Justicia se inflame contra nosotros).

¡Qué bien Me comprendes ahora, hija Mía! ¿Me tienes miedo?

(Dios debe de haber notado mi temor a lo que Él podría hacer si no cambiamos.)

Sí, Dios mío, después de la visión que me has mostrado.

Te he mostrado sólo una parte1. Vassula, Mi creación tiene que ser advertida. No dejes que se repitan los mismos errores.

¿Como cuándo, Señor?

Cuando les otorgué Mi gran Milagro en Fátima. Avisé entonces a Mi creación, pero hicieron poco caso de Mi aviso. En cambio, se pasaron el tiempo dudando, discutiendo, sin difundir adecuadamente las palabras de Mi Madre, con lo que muy pocos supieron la urgencia del Mensaje. Han manchado sus manos de sangre por su crimen, arrastrando tras ellos a muchas almas.

Les recordaré sus pecados del pasado2. Les recordaré la urgencia del Mensaje de Garabandal.

¿Por qué dudar de Mis Obras? Comunica Mi advertencia a Mi Creación. Se deben hacer enormes reparaciones. Mi Creación ha de ser advertida y creer en Mí. Recuérdales Mi Amor3. Divulgad Mi Palabra. ¡Promovedme… promovedme, no Me arrinconéis! ¡Ahora Me estáis arrinconando! ¡No Me estáis protegiendo! Proclamad abiertamente Mis Obras del pasado y del presente. Yo soy Omnipotente.

Las espinas en Mi Cabeza son todas esas almas sacerdotales que retienen la llave del conocimiento. ¡Ni entran ellos, ni dejan entrar a los que quieren hacerlo! ¡Ésas son Mis espinas! Esas espinas deberían ahora encontrarme y arrepentirse. Sus manos, aún manchadas de sangre fresca del pasado, son responsables de todos los crímenes y atrocidades. Quiero que se arrepientan. Ellos han desafiado el Mensaje de Mi Madre en Garabandal, que nunca difundieron como deberían haberlo hecho, haciendo caso omiso de su urgencia. ¡Oh4, Vassula! ¿Qué es lo que tengo? Piedras; sus corazones están petrificados. ¡Aceptad la verdad! ¡Abrid vuestros corazones! ¡Garabandal es la continuación de Fátima! ¡No repitáis vuestros errores!… ¡Pedro!5

¡Pedro, sé Mi Eco! Alimenta a Mis corderos. Pedro, no Me niegues otra vez, bienamado.

(Cuando el Señor dijo: “¡Pedro sé Mi Eco! Alimenta a Mis corderos, Pedro, no Me niegues otra vez, bienamado”, creí morirme allí mismo, impresionadísima por la forma en que lo dijo.)

Ven, déjame ayudarte. Descansa en Mí.

(Estaba tan conmovida, que ya no era yo. Jesús trataba de sostenerme. Cuando me recuperé, dije:)

Jesús, ahora lo voy a describir: Dios estaba suplicando. Lo dijo con voz de súplica.

Sí, Vassula, sí, por Amor.

Te amo, Dios mío, ¿cómo podría verte y oírte así de triste, sin querer morir un millón de muertes? Si tuviera mil vidas, las daría todas, una tras otra, por Tu Gloria, para curar Tus Llagas.

Sólo se curarán Mis Llagas cuando Mi Creación vuelva al Amor. Aceptadme como el Omnipotente y uníos. Ven, compartamos Mi dolor.

Jesús, desearía poder hacer mucho más, para reparar y glorificarte.

Permanece cerca de Mí y compartiré contigo todo lo que tengo. Ven.


1 Queriendo decir que lo peor continúa oculto.
2 Claramente Dios sólo nos recuerda nuestros pecados si no hemos pedido perdón ni nos hemos arrepentido. Una vez hecho esto, se concede el perdón, y Dios nunca más nos recuerda nuestros antiguos pecados.
3 Incluyendo los mensajes actuales de Paz y Amor de Dios
4 Dios, en Su indescriptible tristeza, gemía.
5 Dios gritó muy fuerte, como si se dirigiera a alguien que estuviera demasiado lejos y no pudiera oírle. Luego pareció implorar.