10 de diciembre de 1986

Hija, ¿quieres seguirme? No te desvíes por mal camino, lleva una vida santa.

Jesús, ¿No puedo seguir siendo como soy?1

Escúchame: cítame un solo creyente que no haya elegido la Iglesia; cítame una sola persona que haya seguido estando dividida.

No se me ocurre nadie.

No, no hubo nadie.

(Jesús parecía esperar que yo dijera algo.)

¿Me quieres “entera”?

Sí, así te quiero. No tengas miedo. ¿Qué te preocupa, hija?

(Debí haber suspirado.)

¿Qué ocurriría si sigo siendo la misma?

¡Sigue siendo la misma y comprobarás que Yo no dejaré de llamarte hacia Mí!

¿Puedo hacerte una pregunta?

Puedes hacérmela.

¿Te importa realmente que cambie?

¡Sí, me importa!

¿Hay alguna diferencia si cambio, quiero decir si soy santa como Tú dices?

Sí, hay diferencia. Vuélvete hacia Mí y quédate Conmigo.

¿Puedes Tú ver ahora mismo el futuro?

Sí, bienamada.

¿Puedo hacerte una pregunta?

Sí, puedes.

Puesto que ves el futuro, quisiera saber una cosa. Si no me quieres contestar, dibújame sólo un corazón. Al final, ¿Te voy a decepcionar?

No, no Me decepcionarás.

(Me sentí aliviada…)

¿Cómo Te sentirás?

Yo, Dios, Me sentiré glorificado.

¿Sí?

Sí, no tengas miedo. ¿Por qué tienes miedo de ser santa? Recuerda que estás al principio de Mi llamada.

¿Qué significa eso realmente?

Significa que aún estás aprendiendo de Mí. Te instruiré y te mostraré Mis Obras. Estoy sólo al principio de Mi llamada. Descubrirás más tarde cómo obro Yo. Te llamaré más tarde, en el momento previsto, para que encuentres la Paz. ¿Eres plenamente consciente de lo que significa la Paz?

No estoy realmente segura. La Paz podría significar la muerte, podría significar la Iglesia…, no lo sé muy bien.

Yo Soy la Paz. Estoy aquí, junto a ti. Mi Mano derecha está sujetando tu mano que está escribiendo; Mi Mano izquierda está sobre tu hombro izquierdo. Estoy presente y tú Me sientes. Soy tu Maestro, hija Mía, ¡camina Conmigo! Trabaja conmigo, pues Yo te he designado para que seas mi mensajera. No te dejes desanimar por los hombres. Muchos de ellos no entienden, puesto que la oscuridad ha podido cerrar su corazón, erradicando todo entendimiento. Queda en Paz. Yo, Dios, te amo hasta la locura. ¡Animo, hija!


1 Llevando una vida mundana, pero tratando a la vez de ser su discípula