31 de mayo de 2018
alumna Mía, paz a ti; te doy Mi Paz; ¿sabes lo que te he dado? he puesto en tus manos Fuego; ¡Mi Fuego! Este Fuego excede todo entendimiento, porque envuelve a cualquiera que se acerca a Él, inflamándolo y haciéndole sentir la necesidad del arrepentimiento; ¡oh, sí! ¡he venido también a traer Fuego a la tierra, y para hacerla capaz de arrepentirse! ¡oh, que traslúcidos se volverán una vez que se vean atrapados por Él y lanzados de un lado a otro!
por eso, todos los que te rechazan, te rechazan por miedo; sin ni siquiera entender sus motivos para rechazarte, su espíritu siente que llevas entre tus manos algo diferente, incomprensible, ni tampoco lo pueden identificar; por tanto, ¿por qué han sido cegados? es porque nunca han conocido la fragancia del que ha sido purificado por este Fuego;
Mi Fuego 1, que te he confiado para que lo lleves en tus manos, a pesar de tu indignidad, revelará el alma de cada uno y lo que contiene, para conducirlos al arrepentimiento; separa a los que están destinados a Mi Reino de los que se quedarán fuera de Mi Reino;
¡este Fuego que hace que algunos de vosotros tiemblen al verle acercarse, proviene del Espíritu Santo y de la Palabra que os he transmitido! por tanto no es de extrañar que los que te rechazan, te teman; trata de comprenderlo; Mi Fuego Se manifiesta a través de Mi Palabra dada, pero esta generación, y Yo diría la mayor parte de esta generación, en medio de su oscuridad, no logra percibir aquello de lo que eres portadora, aquello que Yo te he confiado y su significado;
son también incapaces de leer los Signos de vuestros Tiempos; dejan pasar y pierden esta oportunidad de arrepentirse que les estoy ofreciendo; por lo tanto, serán los humildes los que se beneficiarán y permitirán que este Fuego enfurecido e inmaterial los envuelva; estoy invitando a todos los que reconocen su miseria y su necesidad de salvación a dar un paso adelante; sin embargo, todos los que permanezcan indiferentes a Mi invitación, no se sentarán a la mesa Conmigo; sus mentes se inclinan hacia su limitado conocimiento, y se quedarán sin ningún provecho; muchos buscarán Mi Reino demasiado tarde;
así pues, Vassula, que sepas que no te has estado esforzando en vano: he ganado a muchos que estaban a las puertas de la muerte; ¡te bendigo para hacer brillar tus ojos una vez más! Ic