22 de septiembre de 2016
El 22 de septiembre de 2016, recibí un mensaje de Cristo nuestro Señor para el grupo de oración de Rodas. Al cabo de un tiempo pensé que podía enviároslo también a todos vosotros porque quizás les haría bien igualmente a otros grupos de oración de la VVED. En cierto modo podríais ver que concierne a cada uno de nosotros.
He numerado las frases por una razón: para explicar lo que yo he entendido de ese mensaje tras meditarlo detenidamente, a fin de orientar a las personas de los grupos de oración.
Este mensaje va unido al mensaje que empezó el 5 de septiembre, pero se completó el 22 de septiembre, porque antes de terminar aquel mensaje, Jesús agregó lo siguiente:
ahora di a tu grupo de oración de Rodas lo siguiente:
1. en los primeros días de los Mensajes valorabais todos Mis Intereses, sobreponiéndoos a las persecuciones y a las pruebas alegremente; os he sacado a todos del poder de las tinieblas, y he perdonado vuestros pecados;
2. ahora os estoy recordando a todos que avivéis la llama de vuestro amor por Mí;
3. ¡leed Mis mensajes, aprended a amarme más!
4. haced el bien y adaptaos a Mi Conocimiento;
5. tomad refugio en Mí, y Yo seré vuestro Cántico;
6. puedo leer el corazón de cada uno, y conozco perfectamente vuestras necesidades; de modo que venid a Mí, vuestro Salvador,
7. ¡sed Mi Iglesia Viviente!
8. deleitad Mi Corazón, reuníos y recibid Mi Ternura;
9. borrad en vosotros todo lo que no soy Yo,
10. y trabajad con fuerza por vuestra salvación y la salvación de los demás;
11. recibid Mi Santo Beso en vuestras frentes; ¡el Amor os ama a todos! ic
(Vassula)
1. Cuando fuisteis tocados por la gracia, de manera poderosa, a través de Sus Mensajes, y os convertisteis, os tomasteis en serio todo lo que Cristo os pedía que hicierais, con fuerza, con alegría y sin miedo, porque habíais descubierto ‘la perla’ y su valor. Cristo os recuerda cómo perdonó instantáneamente vuestros pecados una vez que os hicisteis Suyos y le pedisteis que os perdonara.
2. Cristo nos recuerda una vez más que seamos como éramos antes, al principio, ardorosos, vivos, entusiastas, porque parece que nuestra llama ha disminuido un tanto, según Él, y que si seguimos así, puede extinguirse un día y morir del todo; de modo que esto es una advertencia.
3. Para guardar Su Palabra (los Mensajes) a buen recaudo, activa, y con la llama ardiendo, y crecer en Su amor y convertirnos en apóstoles potentes, nos hace falta humildad, morir a nosotros mismos, abajar nuestro yo para que Él nos levante; Cristo nos recomienda leer otra vez Sus Mensajes, aunque lo hayamos hecho ya en el pasado; nos recomienda leerlos desde el principio y no abrirlos simplemente al azar, de vez en cuando, como algunos admiten hacerlo.
4. Tenemos la posibilidad de hacer el bien, creciendo en Él, profundizando en Su Conocimiento. Los mensajes de la VVED están llenos de Sabiduría y, leyéndolos, aprenderemos a amar a Dios de la manera que Él quiere que Le amemos; conoceremos Su Voluntad.
5. En las dificultades, Cristo nos recuerda que tomemos refugio en Su Corazón. En Su Corazón, seremos consolados, encontraremos la paz y nos fortaleceremos cuando nos lleguen las dificultades. No perderemos Su Paz porque estaremos morando en Su Corazón.
6. Cristo nos tranquiliza, asegurándonos que Él tiene todo bajo control y que sabe más que vosotros lo que contiene vuestro corazón y cuáles son vuestras necesidades; por lo tanto, nos recuerda que confiemos en Él y vayamos a Él sin la menor vacilación.
7. “¡Sed Mi Iglesia Viviente!” Cuando dijo esto, lo dijo con muchísima fuerza. La VVED es exactamente eso: estar vivo en el Espíritu y ser lo que Él enseñó entonces a Sus discípulos, ser una Iglesia Viviente, a través de vuestros actos y vuestras palabras, y mediante todo lo que Él nos ha estado enseñando en los Mensajes. El Corazón de Cristo no se quedará impasible, porque haciendo lo que él recomienda, se llenará de alegría en vosotros.
8. “Reuníos”: Cuando pronunció esa palabra, mi mente se fue directa a cuando Sus discípulos se reunían siempre, compartiendo alegrías y penas, comiendo juntos, dando testimonio juntos, ayudándose unos a otros, siendo como una familia, unida en amor y armonía. Deberíamos estar comunicando paz y amor con tanta fuerza que los que estén cerca sientan esa energía saliendo de nosotros, y entiendan que somos verdaderos discípulos de Cristo, formados por Él. En la Biblia se dice: `’En esto conocerán todos que sois discípulos míos, si os amáis unos a otros’ (Juan 13,35).
El amor no debe faltar nunca entre nosotros, ¡jamás! Hacernos trizas unos a otros es una interpretación totalmente errónea de los mensajes de la VVED, y con estas rencillas entre unos y otros desacreditaremos los Mensajes, seremos un reflejo de fruta podrida. También el reunirnos sólo una vez a la semana para orar juntos — y algunos se reúnen incluso menos de una hora para orar y después se van— parece ser que no es lo que Cristo quiere que hagamos. Quiere que nos reunamos para orar con más frecuencia que dos veces al mes. Nos recomienda una vez por semana, durante una hora, y además reunirnos de vez en cuando para comer o tomar café y pasar tiempo juntos, compartiendo nuestras experiencias espirituales. Algunos grupos de oración se reúnen como por deber una vez por semana, para rezar, acabar de una vez y volver casa. Esto no está bien. Además, creo que Él quiere que trabajemos más juntos para Sus Mensajes; puesto que estamos llamados a ser colaboradores de Su Obra, y así quiere también que colaboremos unos con otros.
9. Para ser capaces de hacer lo que Él recomienda, tenemos que morir a nuestro propio ‘ser’ y a nuestro ‘ego’, y dedicarle tiempo a Él. Necesitamos humildad y no ser mandones con los demás; en otras palabras, deberíamos ser un reflejo de Su Imagen.
10. Cristo nos recomienda que sigamos trabajando duro para alcanzar la perfección, presentándome la imagen de una escalera que tenemos que subir para llegar al cielo. Parece que somos perezosos para subir y nos quedamos siempre en el mismo escalón, en cualquier sitio no demasiado alto. Necesitamos concentrarnos más en Cristo, y lo lograremos volviendo a leer Su Mensaje, porque verdaderamente nos vivifica. Cuando Cristo añade, “y la salvación de los demás”, entiendo con estas palabras lo siguiente: cuando Cristo nos recordaba al principio cómo vino a nosotros y nos arrastró fuera del poder de las tinieblas, nos llevó a descubrir el magnífico banquete espiritual que Él ha preparado para nuestras almas hambrientas, que son los mensajes de la VVED. Nos abalanzamos primero sobre la comida, hambrientos como estábamos, famélicos, y lo disfrutamos; pero después, una vez llenos, ¿acaso no nos hemos dejado caer en un sillón y nos hemos quedado ahí, dormitando? ¡O nos hemos comportado como la Samaritana, corriendo hacia el pueblo, después de encontrarse con Cristo, con los brazos en alto, gritando a derecha e izquierda, al pasar por las tiendas del pueblo y tropezándose con la gente, que acababa de conocer a un gran profeta, el más grande de todos! Ella dio testimonio a gritos y puso en pie a todo el pueblo para escucharla, porque estaba rebosante de alegría del Espíritu. ¿somos igual que ella?
11. Estamos siendo marcados, una vez más, en nuestras frentes con el Santo Beso de Jesús. Así que, ¿qué más necesitamos? Levantaos, despertad y escuchad la Voz de Cristo…