9 de abril de 2004 – Viernes Santo

Vassula Mía, Yo soy el Compañero de tu corazón; ¿ves? te estoy llevando Conmigo por Ríos que reverberan, por sendas gloriosas donde no se permite a nadie andar a menos que estén acompañados por Mí… ¿sabes que Yo estoy permanentemente contigo? nadie, Vassula Mía, es juzgado digno de oírme o de verme; sin embargo, te he expuesto Mi Corazón para mostrarte Mi Voluntad y que Yo Soy el que Soy; nunca te he fallado, y Me alegro de que seas consciente de tu estado, de otro modo habrías perdido Mi Corazón; todo lo que quiero de ti es amor; amor por Amor; bendita de Mi Alma, Mi don espiritual a ti es que puedas llamarme en cualquier momento, y yo te responderé; incluso cuando te veas inadecuada para expresar Mis Palabras, Yo hablaré por ti;

Vassula Mía, te he estado dando instrucciones de lecciones bizantinas para alcanzar la más alta contemplación, para llegar a Mí… la ambigüedad y las formulaciones rígidas no son Mi modo de enseñar, antes bien, Mi teología está basada en la Verdad y el Amor divino — ésta es Mi teología; el Creador vigila tus pies, y en estado de gracia te permito caminar Conmigo;

esta Noble Oda, cuyo valor no reconocen ahora tantos que permanecen inflexibles, llenará un día el cosmos… Vamos Vassula, ¿recuerdas cómo pagué Yo por ti en la Cruz? Te amo con locura, a ti a quien desde toda la eternidad deseé dar vida para compartir Mi Cruz en unidad Conmigo, tu Esposo; no te preocupes por lo que te espera; alégrate de que te tengo a Mi lado y de que mantienes un diálogo divino Conmigo, tu Dios; ic