3 de marzo de 1999
¿Señor?
Yo Soy… “naha lishbu firü nabish khaleh shbekh nirü malekh bissä; mbarakh abshan khedir lah coghar”1.
Yo soy tu Salvador, tu Todo, tu Cielo. Bendito el que Me recibe. Recibe Mi Paz. Yo, Jesús te bendigo.
¡Es maravilloso verte depender enteramente de Mi Poder! Detestaría que te habituaras y no dependieras de la gracia. ¿Ves cuán clara es Mi Divina Presencia cuando estoy en comunicación contigo?
Vassula, escucha y escribe: “Vuestra salvación está en la conversión y el sosiego”. Este fue uno de los Temas que os he estado dirigiendo a todos vosotros durante los pasados años. Pero, en respuesta a lo que os ha estado ofreciendo, el Esposo2 sigue recibiendo hostilidad y desdén.
Él clama diciendo: “Mi Retorno es inminente, ¡estad preparados para recibirme en gracia mientras que la Gracia está todavía a vuestras mismas puertas!”. Pero, por culpa de tu letargo, generación, tu oscuridad continúa aumentando en ti, haciéndose cada vez más arrogante. Mi Luz está brillando intensamente. Sin embargo, en tu oscuridad, generación, nadie la ve. Aquí vengo a iluminar tu espantosa noche, pero hasta hoy Mi Espíritu Santo no es honrado.
Te llenas, generación, de todo lo que no es santo y es una abominación a Mis Ojos. Oyes de emisarios enviados por Mí, y muestras tu gratitud alzando tus manos, gritándome tus alabanzas por haberlos enviado como “embajadores del Altísimo” entre vosotros. Pero, en lugar de meditar sobre Mis Palabras, tu perseverancia se ve afectada por tu inclinación al sensacionalismo. Esa gente es, según dice de ella la Escritura, “como un hombre adormilado, aletargado por el sueño, al que estás tratando de despertar. Y habiéndole explicado ciertas cosas, cuando has terminado, te dice: ‘¿De qué me hablabas?’. Su corazón, como vasija rota, no puede contener ninguno de los conocimientos que Yo he dado. Entonces, como un necio, se extravía.”
Por eso es por lo que Satanás ha suscitado tantos falsos profetas que imitan3 Mis Enseñanzas y Mis Divinas Acciones. Muchos de vosotros estáis leyendo lo que no viene de Mí, sino que, por el contrario, es de origen humano y una falsa creación del maligno. Pero Yo llamaré a juicio todos los actos ocultos, buenos o malos. Yo exclamé desde el principio mismo: “Venid todos los que vagáis por este desierto, y descubridme a Mí, vuestro Dios Trino y Uno.”.
Veis, no hay ninguna puerta cerrada por Mi parte, pero Mis Llamadas no son atendidas ni honradas. Mis frecuentes visitas a vosotros, junto con Mi elegida, llevando hasta vuestros pies Mi Himno de Amor Salvífico para renovaros y restaurar Mi Casa tambaleante, se han dejado sin cultivar.
A algunos de vosotros os he dicho: “Ahora os privaré de Mis visitas, puesto que parecéis indiferentes a Mi solicitud de multiplicar los frutos de la labor de ella —que ahora tenéis en vuestras manos— evangelizando”. Y así lo he hecho. Además, esta retirada y abstinencia son necesarias para vuestro crecimiento. Esta es la hora, o nunca, de agarrar la hoz y cosechar vigorosamente. Recoged una cosecha que vosotros nunca preparasteis, y recibid Mis bendiciones.
Vassula, Mi hija adoptiva, has de saber que Nosotros4 estamos constantemente a tu lado, transformándote mediante una amorosa unión. Te he sumergido en Mis límpidas fuentes5, que fluyen de Mi Boca para enseñarte la Sabiduría, haciéndote penetrar en Nosotros para que comprendas más profundamente Nuestra Deidad Trina y Una. Por tanto ¿quién podría haberte dado tal sosiego, tal libertad de espíritu?, ¿quién podría haberte cubierto de zafiros6? Y ahora, ¿quién te está dando descanso en Sus Brazos, apartándote de las criaturas?
Desde el principio te he enviado con regia prodigalidad, chorreando aún de Mis límpidas fuentes, para estar entre los miserables y los pobres. Y, como envolví a Moisés en una nube, así te he envuelto Yo con Mis Brazos en una santa contemplación, durante la que tu alma y tu mente se elevan a lo Divino7.
Por Mi benevolencia y por la inefable condescendencia de Mi Amor, de vez en cuando te he dado destellos de la Visión Beatífica. Para hacerte feliz, Me he aparecido a veces como un velo transparente sobre ti, y otras veces englobándote totalmente para mostrar que vienes de Mis límpidas fuentes.
Para alentarte, he dado señales en tus asambleas, y maravillas para acompañaros a ti y a la misión que te he dado. Esta generación ha sido testigo de deslumbrantes maravillas.
¡Ah!8 Si tan sólo unos cuantos valorasen más los tesoros que hemos estado derramando sobre ellos…
Yo9 soy la Substancia vivificante de tu alma y Aquel que te ha atraído a un amor filial con Nuestra Divinidad, para que lleves una vida divina y te conviertas en otra hija, por adopción, del Padre. Yo soy el Dueño Soberano de tu alma, pero también tu Amigo, que te da acceso a hablar libremente, permitiéndote expresar tu opinión, tus pensamientos y tu libre albedrío, que Yo te he devuelto.
Así pues, Vassula, ¿ves lo que es ser hija por gracia, del mismo modo que la Palabra es Hijo por naturaleza?
Tú has sido llamada a participar en este Divino Plan Salvífico y a entrar también en la vida Trinitaria. Ven a respirar en Mí y llena tu alma de Nuestro Divino Amor, este Divino Amor que te atrae a una perfecta unión con Nosotros.
10Escucha, Mi elegida: Yo sé lo diligente que eres cuando se trata de Mis Intereses y de Mi Gloria. También sé cuántos sacrificios ofreces al mundo para que se convierta, y cuán dedicada y ansiosa estás por consolarme cuando Me ves extender Mi Mano, implorante, rogando a Mi Casa que se una mediante la reconciliación y que hagan las paces. Y sé también cómo te sientes cuando Me ves con lágrimas, por el rechazo que recibo. Pero ahora, a Mi vez, quiero tranquilizarte una vez más sobre los favores que te he concedido y el afecto que te tengo. Sí, también sé el dolor que te causan Mis ausencias11, aunque no son de larga duración, sino sólo temporales.
¡Ah, mi Ungido!
Mi mente no puede aún concebir
Tus ausencias sin angustiarse.
Ah, pero Yo he hecho un juramento, del que nunca Me retractaré, de acabar juntos tu misión, de no abandonarte jamás.
La victoria está cerca, pues el Poder de Mi Amor es mucho mayor que el poder del mal y todo el infierno juntos. Así pues, alégrate y permíteme conservarte a Mi servicio. Mantén tus oídos abiertos a la Voz de la Santa Sabiduría. Es Mi ardiente deseo instruirte y, luego, poder completar en ti la Obra Divina que he comenzado.
Enclaustrada en Mí, en Mi Corazón, quiero que estés en un permanente estado de contemplación, en el que tu alma se mantenga sosegada y embriagada de Mi dulzura. Sigue aspirando de Mi Corazón Mis revelaciones e instrucciones, a fin de transmitirlas a esta generación y a todas las demás venideras. El Espíritu Santo seguirá favoreciendo tu intelecto con Su Sublime Luz y, por medio de esta Luz, embellecerás Mi Iglesia. Sigue siendo pequeña, verdaderamente pequeña, dejando que Su poder de acción sea aún más eficaz. Profesa el Credo con amor, y avanza bajo Nuestra Luz, no dudando nunca de Nuestra Abundancia, de Nuestra Misericordia y de Nuestra Ternura, que te hemos demostrado.
Mi Padre ha abierto tu corazón con una simple mirada Suya. Como un afilado y cortante rayo de luz, Él abrió tu corazón y lo llenó de Nuestra radiante y Divina Luz, revelando en tu interior Nuestra Imagen, transformando tu corazón en una Primavera, renovándote con un caudal de virtudes, renovando Nuestro santuario y Nuestro dominio para que pudieras ser el heraldo cabal que Nos permitiera grabar en ti Nuestro Himno de Amor, enriquecido de conocimiento místico y entendimiento ilimitados.
Ven, Mi Plan Divino se cumplirá en ti con Ternura y no con tristeza. Recibe Mis bendiciones y no temas. Yo te he comprometido en este apostolado de la Unidad y, al hacerlo, te he honrado al engranarte a Mi Cruz para que absorbas todas sus fases. ¡Abrázala con amor y recuerda Su victoria!
Yo, Jesús, que estoy cerca de ti, te bendigo. IC.
El Espíritu de Dios
habla a través de mí,
Su palabra está en mi lengua.
Él me ha incrustado en Su Corazón
como una piedra preciosa en una corona.
Él se ha inclinado desde Su Trono,
para tender sobre mi senda un lecho de rosas.
Has cedido Tu Cetro
a una criatura inexistente, sin importarte
que este gesto Tuyo misericordioso
devaluase Tu Cetro.
En Tu Seno, me han sido enseñados
conocimientos de los Sabios.
De un harapo sucio,
me has convertido en Tu heraldo.
Bendito sea Tu Nombre. Amén.