8 de octubre de 1992

Vassula Mía, soy tu Madre. “Pethi-mou”1, recuerda que estás en Nuestros Corazones.

Vive para Jesús y Él te dará elocuencia de palabra para glorificarlo. Tu sufrimiento te conduce a la santificación, y te digo que, en medio de Nuestra aflicción, un rayo de consuelo penetra en Nuestros Dos Corazones, y Nos llenamos de alegría desbordante cuando te vemos venir a Nosotros para orar. Aprende que la oración, el amor y la humildad son las armas más poderosas contra Satanás. Cada uno de vosotros forma parte del proceso renovador de la Iglesia. Pero Satanás, en su furor, os lanzará uno contra otro si os encuentra durmiendo. Nuestro Plan es plantaros a todos juntos en el amor y reconstruir la Iglesia sobre el Amor. Ahora habéis visto un pálido reflejo de cómo obra Satanás.

Yo te bendigo, y a todos los que contribuyen a esta obra. Ora, Vassula Mía, y aunque la batalla esté en pleno fragor, no temas, Yo estoy cerca de ti.


1 En griego, “hijita mía”.