10 de julio de 1992

(Villeneuve, Suiza)

“Allí, delante del trono, los elegidos cantaban un cántico nuevo en presencia de los cuatro vivientes y de los ancianos. Un cántico que sólo podían aprender los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados del mundo1.”

¿Señor?

Yo Soy. Estoy hablando, así que no dudes. Vassula de Mi Sagrado Corazón, permíteme escribir unas cuantas líneas para esta tarde. Queridísimos amigos, Yo he venido desde el Cielo para cantaros Mi Nuevo Himno de Amor y recordaros a todos Mi fiel Amor.

Yo soy vuestro mejor amigo,
vuestro queridísimo Santo Compañero.

Todo el tiempo he estado a vuestro lado y, aunque he sido ignorado muchas veces, he permanecido con vosotros para haceros sentir Mi Presencia. Cada vez que estabais a punto de rebelaros contra Mí, Yo, el Señor, lleno de Compasión, os agarraba de la mano derecha para atraeros dentro de Mi Corazón y mostraros Mi Infinito Amor. ¡Bendito de Mi Alma! Solo, no estás. Yo estoy siempre contigo para consolarte y protegerte como uno protege la pupila de sus ojos. No digas: “Todo está oscuro a mi alrededor”. Yo estoy cerca de ti para sacarte de esa oscuridad. Sólo necesitas decir: “¡Ven, Señor!” y Yo iré volando a ti, hijo Mío.

Día y noche estoy esperando vuestro abandono, no os demoréis. Abandonaos enteramente a Mí para que podáis estar bajo Mi Luz. Si Me amáis, Me permitiréis hacer lo que crea mejor para vosotros. No tengáis miedo, ofrecedme vuestro corazón y Yo lo colocaré en Mi Sagrado Corazón para consumirlo. Si Me amáis como decís, cantaréis a las naciones Mi nuevo Himno de Amor para glorificarme y suscitar una nueva vida para cada alma. Os he ofrecido Mi Corazón. ¿Me vais a ofrecer el vuestro a cambio? El amor está a vuestro lado y, con el Suspiro de Mi Amor en vuestras frentes, os bendigo a vosotros y a vuestras familias. Sed uno.

(Nuestra Madre Bendita.)

Yo estoy a vuestro lado para consolaros, pero también Yo, que soy vuestra Madre, necesito vuestro consuelo, porque es grande la inquietud de Mi Corazón. Muchos de Mis hijos se están rebelando contra el Altísimo. Necesito vuestras oraciones. Ofrecedme vuestras oraciones por Mis intenciones.

Vassula, diles que vivan como hijos de Dios.


1 Ap 14,3.