14 de octubre de 1988
Señor,
Te pido únicamente Tu Fuerza.
Necesito más fe para amarte más
y del modo que Tú quieres.
Necesito perseverancia y esperanza
para cumplir la misión
que me has confiado
y glorificar así Tu Santo Nombre
nuevamente.
Te daré todas esas cosas para Mis intereses y Mi Gloria, pero también para mayor perfección de tu alma. Yo, el Señor, te amo. Comprende cuánto te odia el demonio por esta obra que compartes Conmigo. Me glorificas con tu amor y Me glorificas atrayendo almas a Mí. Tú, a quien una vez el demonio llamó “gusano”1, estás glorificándome a Mí y ofendiéndole a él, porque cuánto más pequeña e insignificante seas, más ofendido resulta él. ¡Acuérdate de lo pomposo y vanidoso que es!
Sí, mi Señor.
Yo te amo y te protegeré siempre. Ven siempre a Mí y no te negaré nunca Mi Paz. El Amor te ama.
Gloria a nuestro Señor.