20 de agosto de 1987
¿Dios mío?
Yo soy.
Creo que comprendo Tu mensaje anterior.
Sólo has comprendido parte de él, hijita.
Aparte de lo que he comprendido, ¿es también Caín la tecnología que viene de los hombres, las cosas no espirituales?
Sí, Caín representa todas las cosas que pertenecen al mundo. Escribe: Caín representa todo lo que desagrada a Mis ojos. Representa en esta época la iniquidad, el materialismo, las revoluciones, el odio, el paganismo1, los opresores de aquellos que Yo he bendecido, la inmoralidad. Caín nunca ha comprendido al Abel que Yo he moldeado a Mi semejanza. Abel viene de Mí, es Mi semilla.
¿Quiere decir que él es espiritual y Te ama?
Precisamente, y por esa diferencia le detesta Caín. He dicho que los sabios no entenderán lo que viene del Espíritu.
Señor, estoy preocupada por algo.
(No deseo escribirlo.)
Lo sé. Lo que quiero hacer es espolear su sabiduría. ¿Qué es más importante para ti, dejarlo bajo pesadas piedras de molino o que te tenga preocupada? Aunque te hiciera sufrir, ¿qué escogerías?
Sin vacilar escogería sufrir por él.
Te he despertado de tu sueño, ¿no haría lo mismo con otros?
Sí, Dios mío.
Bien, entonces déjame libre de actuar a través de ti. Santificada por Mi mano, Mi Espíritu está sobre ti, prometida, amadísima de Mi Alma. Yo te he dado gratuitamente, da pues tú también gratuitamente. Ven ¡anonádate en Mí y sé una Conmigo! Te amo, Vassula Mía.
Jesús, haré todo lo que Tú desees.
(No encuentro palabras, porque cualquier cosa que diga no es bastante.)
Vamos, pues, voy a restaurar Mi creación. ¿Nosotros?
¡Sí!